28-08-2018
Por Naixielli Castillo, Ciencia UNAM-DGDC
El 28 de agosto de 2017 una noticia sacudió a los mexicanos. La mañana de ese día se dio a conocer que Juan Gabriel, uno de los músicos más talentosos y queridos de nuestro país había muerto de un ataque al corazón.
En su acta de defunción, según los reportes periodísticos, aparece mencionada la enfermedad ateroesclerótica como causa directa de su muerte y otros padecimientos relacionados: diabetes, hipertensión y neumonía. Hay quienes opinan que la carrera de Juan Gabriel estaba tomando un nuevo auge, pero estos males le pusieron un punto final.
A un año de distancia, el panorama de estas enfermedades en la población mexicana sigue siendo preocupante. Al igual que Juan Gabriel, 7 de cada 10 adultos en México tienen sobrepeso u obesidad. A nivel mundial, 1 de cada 5 adultos sufre de hipertensión.
En los círculos de las celebridades se comentaba que Juan Gabriel había aumentado mucho de peso, y se especulaba sobre el impacto de esto sobre su imagen y su vitalidad en el escenario. Pero más allá de la estética, la obesidad fue una condición que jugó un papel importante en las enfermedades que acabaron con la vida del artista.
Marcia Hiriart, directora del Instituto de Fisiología Celular y experta en el tema de diabetes y síndrome metabólico, advierte que la obesidad y el síndrome metabólico aumentan el riesgo de otras patologías, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas.
“Tener sobrepeso u obesidad promueve que aumente la secreción de insulina (hiperinsulinemia); a su vez, esta condición conlleva una resistencia de los tejidos a la cantidad excesiva de insulina y ocasiona que suban los triglicéridos en la sangre y que incremente la presión arterial”, explica
Sobre la diabetes, la directora del Instituto de Fisiología Celular señala que se caracteriza por un aumento de glucosa en la sangre y es resultado de defectos en la secreción de insulina o en la acción de la misma. Esta condición lleva a complicaciones muy graves, sobre todo en el buen funcionamiento de los ojos, los riñones, el corazón y los vasos sanguíneos.
Si eres joven estás a tiempo de evitar el síndrome metabólico, una condición que precede a la diabetes y en la que hay una obesidad central, dislipidemia, aumento en la presión arterial, resistencia a la insulina y un estado pro inflamatorio.
La especialista ha diseñado experimentos para conocer cuáles son los efectos de una dieta rica en azúcar en adolescentes y adultos jóvenes, y ha encontrado que al poco tiempo de llevar esa dieta desarrollan síndrome metabólico.
La buena noticia es que en función del tiempo de evolución puede haber una recuperación, siempre y cuando las personas se deciden a dejar la dieta alta en sacarosa.
La enfermedad ateroesclerótica consiste en la acumulación de placas —compuestas principalmente de grasa y colesterol— en el interior de las arterias. Con el paso del tiempo estos conductos se van obstruyendo hasta que el flujo de sangre se interrumpe totalmente.
Entre las complicaciones de esta enfermedad se encuentran los comúnmente llamados ataques al corazón o infartos, eventos agudos en que “la sangre no llega al corazón y el tejido del músculo cardiaco, muere.” Esto fue lo que sufrió Juan Gabriel en sus últimos minutos de vida.
Una de las múltiples causas de la hipertensión es el estrés, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
La fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos se conoce como tensión arterial; si ésta es demasiado alta, puede dañarlos; además, mientras más alta sea, más trabajo le cuesta al corazón bombear la sangre. Si aparte se tiene un alto nivel de glucosa, existe un mayor riesgo de sufrir un infarto de corazón.
Fuente: Unamirada a la ciencia
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