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Descubren huellas de pterosaurio en el estado de Puebla

Pared con el registro más antiguo de pterosaurios en México. Foto: Raúl Gío.

20-01-2012

Por Naixieli Castillo García, DGDC-UNAM



Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología y de la Facultad de Ciencias de la UNAM estudian un conjunto de 174 huellas de reptiles como pterosaurios, cocodrilos y tortugas de 110 millones de años de antigüedad, encontradas en la localidad de San Juan Raya, en el estado de Puebla.

El doctor Raúl Gío Argáez, secretario académico del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), y Catalina Gómez Espinoza, profesora de paleobiología en la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, quienes dirigen la investigación, dijeron que la importancia del hallazgo reside en que se trata del registro más antiguo de pterosaurios que se ha encontrado en México y, agregaron, contribuirá a un mejor conocimiento de las rutas migratorias de estos animales voladores.
Anteriormente se habían encontrado en la parte norte del país, en Coahuila, icnitas de pterosaurios (que son señales de actividad biológica) con una antigüedad de 70 millones de años; sin embargo, las huellas descritas por los paleobiólogos de la UNAM muestran que los pterosaurios se encontraban en la zona que hoy es México mucho antes de lo que se sabía. 

En el lugar donde se realizó el hallazgo, la localidad de San Juan Raya, en el estado de Puebla, los paleobiólogos han encontrado ostras, caracoles y otras evidencias de que hace 110 millones de años ese sitio era una zona litoral, una playa.
De acuerdo con el relato del doctor Raúl Gío, fueron los habitantes de la localidad quienes encontraron en una pared, de lo que llaman un arroyo seco, una serie de “huequitos” de distintos tamaños. Como ya se habían encontrado otros fósiles animales y vegetales en esta comunidad, los pobladores decidieron mostrar el muro a un especialista y fue así como el paleobiólogo reconoció las huellas de pterosaurios.

Sobre el proceso que permitió que las huellas se conservaran durante tantos millones de años, la doctora Catalina Gómez Espinoza explicó que, pterosaurios, tortugas, cocodrilos pasaron, dejaron su huella y poco tiempo después vino una desecación. Las huellas se imprimieron sobre arenas calcáreas y el carbonato de calcio presente en la arena se comportó como un yeso que endureció y las conservó.
De acuerdo con la especialista, la siguiente capa que se depositó sobre las huellas no fue de arena, sino de un lodo muy fino, un limo que rellenó los huecos dejados por las pisadas, lo que permitió que ésas se conservaran durante 110 millones de años.
Los investigadores ya han realizado cinco viajes de trabajo a San Juan Raya. En estas visitas han limpiado la pared y tomado impresiones en yeso y plastilina. También han realizado un registro fotográfico detallado y han hecho esquemas y dibujos de la distribución de las huellas y rastros.

Raúl Gío Argáez, también investigador del (ICMyL) explicó que con esta información podrán hacer una interpretación de lo que sucedió en ese lugar.
Su hipótesis es que los pterosaurios podrían haber estado ahí con fines reproductivos. Observando la posición de las huellas, el paleobiólogo, plantea que podría haber existido un pterosaurio macho alfa en el centro de lo que podría ser un islote, esperando que las hembras bajaran a tierra para llevar a cabo la cópula, mientras que otros machos de menor jerarquía esperaban alrededor una oportunidad. Los cocodrilos podrían haber estado ahí con la intención de cazar pterosaurios o tortugas, indicó.

La primera etapa del proyecto consiste en describir lo que se encontró, el siguiente paso será el análisis e interpretación de esta información, para reconstruir, con un grupo multidisciplinario, el panorama completo de cómo era el ambiente hace 110 millones de años de esa localidad. Los resultados de esta investigación se irán publicando en tesis de posgrado y artículos arbitrados.

Dado que las huellas se encuentran a la intemperie y están expuestas al deterioro por los efectos del viento y la lluvia, los investigadores realizan réplicas en silicón que serán resguardadas en la Colección Nacional de Paleontología del Instituto de Geología de la UNAM.

El equipo de expertos ya trabaja en los últimos detalles de un convenio de colaboración entre la UNAM y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis de España, para el estudio de las huellas encontradas. De acuerdo con Raul Gío y Catalina Gómez, este convenio permitirá que estudiantes mexicanos aprendan las tecnologías más modernas que se utilizan como el uso de escáneres y softwares especializados, así como algunas nuevas técnicas para hacer réplicas. Por otra parte, paleontólogos de la fundación española realizarán trabajo de campo en San Juan Raya, Puebla.

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