26-10-2016
Por Miriam H. Alegria, DGDC-UNAM
Había una vez una Tierra primitiva, rodeada de lugares por donde salían materiales calientes: lava, ceniza, rocas, gases, vapores, acumulándose, formando un cerro que llegaría alcanzar gran altura, donde los materiales calientes salían por grietas o cráteres.
Un escenario así se vivió hace millones de años en nuestro planeta. Existen laboratorios que tratan de reproducir este proceso para entender el origen de la vida.
En el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, investigadores del Departamento de Química de Radiaciones y Radioquímica reproducen la evolución química a partir de la formación y estabilidad de moléculas biorgánicas haciendo énfasis en el papel que la radiación ionizante y las superficies sólidas pudieron tener en la Tierra primitiva.
En particular, los investigadores reproducen una serie de procesos fisicoquímicos que propiciaron la formación abiótica (sin vida) de la materia.
“Antes de la vida hubo una evolución química que necesariamente condujo a que se generarán moléculas parecidas a las biológicas, las cuales pudieron ensamblarse para generar las primeras células”, señala el doctor Alejandro Heredia Barbero.
Hablar de la evolución química es plantearse un escenario muy antiguo de la Tierra, donde probablemente existió una dinámica que conjuntó un campo magnético que no siempre ha estado o existido y que no todos los planetas lo tienen.
“Antes de la vida, existen muchas cuestiones que aún desconocemos, nosotros estamos estudiando este tipo de fenómenos a escala molecular”, añade el investigador.
De acuerdo con el doctor y su equipo de trabajo, existen dos fuentes de variación en la evolución química.
“La síntesis de moléculas orgánicas, que pudieron venir de un espacio interestelar en otras partes del Universo o de la Tierra primitiva, y el autoensamble supramolecular que se refiere a condiciones parecidas a las de la vida. Esas son para nosotros las piezas del rompecabezas.”
“El resultado de todo aquel proceso que se realizó desde la síntesis de moléculas hasta el autoensamble supramolecular fue una célula con memoria, capaz de autoreplicarse y completar el rompecabezas que permite conocer el pasado de la evolución química”, puntualiza el doctor.
En sus propias palabras, “la evolución química es el aumento del acervo molecular y la química prebiótica es la química de la síntesis de compuestos orgánicos de importancia biológica y su ordenamiento, las cuales precedieron a la formación de la célula”.
Algunos teóricos han contribuido con teorías y experimentos de laboratorio para conocer o acercarse a lo que fue la evolución antes de la vida.
Desde la perspectiva científica, las primeras ideas sobre el surgimiento de la vida en la Tierra provienen de Oparin y Haldane, quienes propusieron una hipótesis en la que planteaban que la acumulación de materia orgánica, su transformación en moléculas más complejas y la formación de sistemas que se replicaron fueron factores que condujeron a la aparición de seres vivos. Siendo una evolución continúa de materia.
Otros investigadores propusieron diferentes perspectivas para este problema como Alfonso L. Herrera, científico mexicano que realizó experimentos con sustancias tales como el amonio y el azufre.
Stanley Miller y Harold Clayton Urey, quienes en 1953 realizaron uno de los primeros experimentos con metano, amoniaco, hidrogeno y agua, abrieron las puertas a estudios futuros con experimentos similares.
“Aunque hasta ahora sólo conocemos la vida en la Tierra, los procesos de evolución química se extienden más allá de ella y abarcan otros cuerpos celestes como planetas, cometas y nubes interestelares, lo que implica que la materia tuvo un origen y evolución común“, concluye el especialista.
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