04-10-2013
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
El pasado mes de septiembre, dos ciclones tropicales impactaron el territorio mexicano, Ingrid por el Golfo de México y Manuel por el Océano Pacífico; ambos generaron vientos intensos, lluvias torrenciales y al aumento en el nivel del mar.
Investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM reflexionaron sobre las características de estos fenómenos en la conferencia Análisis de los ciclones tropicales Manuel e Ingrid. El doctor Ismael Pérez García señaló que una de las condiciones que favorecieron la formación de los ciclones fue que quedaron bloqueados por sistemas sinópticos asociados a la corriente monzónica, un acoplamiento por la Zona de Convergencia Intertropical y el fenómeno meteorológico de La Niña.
“Ocurrió toda una diversidad de fenómenos. Hubo un acoplamiento con la Zona de Convergencia Intertropical, es decir, Manuel primero se movió hacia el suroeste, luego hacia el noroeste. ¿Qué hizo que tuviéramos mucha precipitación? Fue la conexión que hubo con esta zona.”
Explicó que del 6 al 13 de septiembre, al estudiar la trayectoria que siguió la onda tropical que dispararía las tormentas tropicales Ingrid y Manuel, notaron que cuando dicha onda llegó sobre la península de Yucatán, sufrió una amplificación, se volvió inestable y arrojó una serie de perturbaciones, entre ellas dichos ciclones.
“Notamos una condición de bloqueo, o sea que los ciclones Ingrid y Manuel quedaron atrapados, pero por otro lado, vemos como ese atrapamiento quedó conectado con la Zona de Convergencia Intertropical, entonces lo que realmente indujo esa gran cantidad de precipitación es el bombeo o la succión de humedad que hizo el huracán Manuel hacia las regiones montañosas de México”.
El maestro Enrique Azpra Romero explicó que el movimiento de estos sistemas fue lento debido a que la configuración de la presión en superficie. “Durante tres días que están entrando las bandas nubosas en la parte sur de la República mexicana, no es que la intensidad de las perturbaciones del Océano Pacífico haya sido mucha, sino que el movimiento lento hizo que el suelo se saturara y lo que seguía precipitando corriera a lo largo de los cauces naturales que existen por ahí”.
Agregó que distintas áreas estuvieron afectadas constantemente por una gran cantidad de nubosidad que al interactuar con la Sierra Madre del Sur, el Nudo Mixteco y la Sierra Madre Oriental, reforzó el efecto orográfico de la precipitación, provocando un aumento.
El doctor Jorge Zavala Hidalgo señaló que los investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera han desarrollado pronósticos numéricos, los cuales no sustituyen a los meteorólogos, pero son utilizados por ellos. Dichos modelos los utilizan para entender algunos procesos que se dan en el océano y en la atmósfera.
Con el modelo actual que tienen se pueden consultar pronósticos históricos, además apoya el análisis de las condiciones atmosféricas, brinda datos de altura y algunas variables como son la temperatura superficial, la precipitación acumulada en todo el periodo.
Este modelo numérico brindó datos sobre el desplazamiento del ciclón, así como las precipitaciones en las regiones donde se presentaron. Agregó que la presencia de precipitación se vio favorecida por un transporte de vapor importante y constante.
“Vemos constantemente el transporte de vapor desde el oeste del ciclón. Esto se ve favorecido porque el ciclón se movió muy despacio o casi no se movió y tenemos una precipitación que sigue continuamente y cuando llega a la Sierra se da el forzamiento orográfico y la precipitación sigue continuamente y por eso puede llover tanto”.
De acuerdo con la doctora Rosario Romero Centeno, un ciclón tropical no necesariamente debe tener categoría de huracán para causar daños muy severos. Comentó que para la cuenca del Pacífico oriental, la temporada de huracanes se extiende del 15 de mayo al 30 de noviembre, siendo que al año se dan alrededor de 15 eventos de esta naturaleza.
Dijo que del total de ciclones tropicales que tocaron tierra, es decir, cuando el ojo del ciclón tropical cruza la línea de costa, fue de 2.45 en los últimos 40 años. Siendo los meses de septiembre y octubre aquellos en que mayor porcentaje de ciclones tocan tierra.
Concluyó que para la cuenca del Golfo de México y el Mar Caribe, la temporada de huracanes va del 1 de junio al 30 de noviembre. En promedio, en el Atlántico ocurren alrededor de 11 ciclones tropicales por año y seis alcanzan categoría de huracán y dos categoría de huracán mayor.
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