23-05-2013
Por Miriam Maltos, DGDC-UNAM
La riqueza biológica de México está en riesgo, principalmente por la comercialización de recursos naturales. A pesar de la existencia de leyes para evitar dicha situación, estas generalmente no son aprovechadas, advirtió la maestra Beatriz Coutiño Bello, académica de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
“Se han establecido diversas normas a nivel nacional, como la Ley General del Equilibrio Ecológico (LEGEEPA) y a nivel internacional, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que buscan lograr la conservación de la biodiversidad”.
A pesar de las medidas especiales para el cuidado ambiental, México ha perdido cerca del 50% de sus bosques y 25% de hábitats marinos. A nivel planeta, este proceso de pérdida se ha catalogado como el sexto periodo masivo de extinción de especies.
Muchas de las normas, dijo, buscan reconocer el derecho de los pueblos indígenas a su cultura, pues se ha demostrado que estos grupos poseen gran parte de la biodiversidad de nuestro país y mantienen grandes conocimientos sobre la naturaleza en la que residen, como de bosques, selvas y las diversas especies que existen ahí, con las que conviven diariamente.
“Nuestro país es mega diverso, pluricultural y con una gran variedad de recursos bioculturales. Esta riqueza se potencia con la tradición cultural que guardan todos nuestros grupos indígenas actuales que, de manera callada en su cotidianidad, se han adaptado a las diversas limitaciones que se les presentan mediante el perfeccionamiento de semillas y la utilización de plantas para fines medicinales”.
Durante la ponencia Cuestionamientos bioéticos-jurídicos al trabajo científico en materia de biodiversidad, la catedrática de la Facultad de Ciencias agregó la necesidad de visualizar que el ser humano ha llegado tan lejos que ha rebasado la capacidad de recuperación del planeta; por ello, es de suma importancia lograr, a través de los numerosos medios con que contamos, la conservación de la biodiversidad.
“Tenemos que ser conscientes de que somos directamente responsables de todas las manifestaciones ambientales, pues seguimos un patrón de consumo que está cambiando la naturaleza. Por ello ha resurgido un enorme interés por la bioética, disciplina encargada de hacer reflexionar a los seres humanos acerca de sus actitudes y responsabilidades con los demás seres vivos”.
La investigadora expuso que como país, nos hemos integrado a alrededor de 62 tratados internacionales de índole ambiental para poder lograr este vital cambio biocultural.
“Creo que todo está listo para poder ejercer la legalidad; desafortunadamente en nuestro país la ley no tiene el peso necesario. Lo único que nos queda entonces es empezar a motivar a los ciudadanos a hacer una introspección de lo que sucede y de esta forma responsabilizarnos de nuestros actos. Una forma de hacerlo es conociendo la legislación existente y divulgándola para su uso correcto”.
Las reflexiones de Beatriz Coutiño formaron parte del 1er Congreso Interdisciplinario de Bioética, Tanatoética y Ciencias Forenses, realizado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, un ejercicio encaminado a consolidar la creación del primer código en materia de bioética en México.
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