05-12-2022
Por Isaac Torres Cruz*
Vivimos una crisis ambiental que no todo el mundo ha sido capaz de entender, no obstante que pone en jaque la supervivencia de nuestra y muchas otras especies. Contamos con suficiente evidencia científica de esta crisis, materializada por la pérdida de biodiversidad y el Cambio Climático, pero sólo se resolverá con la sociedad en su conjunto, señala José Sarukhán, el destacado ecólogo mexicano.
“No podemos esperar a un líder iluminado que tenga todo este conocimiento y haga la demagogia necesaria para convencer a la gente, no existe y no va a existir nunca. El único caso de algo parecido y que se acercó lo más posible es el de un hombre que se llama Francisco y es un papa, pero no sirvió de nada, toda su jerarquía católica lo mandó al diablo y nunca llegó ese mensaje a los feligreses”.
Sarukhán, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, expone que uno de los más grandes retos que enfrenta la humanidad, y particularmente los mexicanos, no es precisamente la crisis ambiental y climática, si no la conciencia del problema mismo y su transformación, la urgencia de comunicar a la población sobre su gravedad y que ésta lo entienda para presionar a los gobiernos y tomar acciones.
“Tiene que ser la acción social informada y activa la que realmente tome en sus manos la responsabilidad de dejar un mundo mejor para las próximas generaciones, cosa que tampoco tenemos en nuestra mente –pensamos sólo en los hijos quizá en los nietos, pero debe ser más allá, sin importar si son de este país o raza o religión. Esto se encuentra en el fondo”.
Tras su renuncia a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), por el desacuerdo con la forma en la que las autoridades federales realizaron cambios en la coordinación, José Sarukhán ha regresado a la docencia en la máxima casa de estudios, institución donde formó a los primeros ecólogos del país.
Ahora tendrá el tiempo para difundir el “evangelio del medio ambiente” y compartir cada vez con más mexicanos por qué nuestra inconsciencia y nuestra falta de acción le está haciendo fácil el trabajo a los políticos y gobiernos despreocupados por el ambientalismo.
Hay que hacer llegar el mensaje a la sociedad, ahí se está fallando.
Este “evangelio” basado en el conocimiento y la conciencia, como ha expresado en ocasiones anteriores, no es un tema de “ecologistas” y amantes de la naturaleza, sino uno sobre nuestra supervivencia misma y de la cultura y los modos de vida que están en riesgo de desaparecer en cada suelo, insecto, animal, ecosistema y región natural de este país.
A sus 82 años, José Sarukhán se tomará “más en serio” su papel como evangelista ambiental, ha dicho.
El pionero de la ecología en México y artífice de la Conabio, participó en el Seminario Universitario de la Cuestión Social (SUCS) con la conferencia “Crisis ambiental y ética”, donde expuso, con el mismo énfasis, persistencia y datos actualizados, la urgencia con la que se debe actuar ante la pérdida de biodiversidad y cambio climático del mundo.
“A lo largo de los últimos años me sentí como evangelista ambiental en México, ahora decidí tomar ese evangelismo en serio y casi de tiempo completo”.
El asunto no es preocuparse, sino ocuparse, dice. “Sin embargo, algo no está fluyendo hacia la sociedad en su pensamiento o cosmogonía porque esto que es tan serio, aseveró, que atenta contra la integridad y la posibilidad de continuar con esta civilización como la conocemos, no está logrando pasar a la gente."
Por ello, "debemos reunirnos con personas de diversas áreas y tratar de ver qué tipo de discurso, cómo, con qué lenguaje o con qué otras herramientas pasar el mensaje a la sociedad mexicana en su mayor extensión”. Ya hay muchos que tienen acceso y buscan información como la de Conabio, añadió, que llega a tener 25 mil usuarios diarios, pero es insuficiente.
“¿Cómo comunicar a la gente la gravedad del problema?”, es una pregunta y problema no sólo de México, sino de todo el mundo, apunta.
“Todos están muy preocupados por el cambio climático, pero nadie hace realmente nada serio. En lo personal hay algunos movimientos, pero nacionalmente ninguno, (…) peor todavía con la pérdida de ecosistemas y biodiversidad biológica, selvas bosques, manglares y los sistemas naturales que sostienen la vida”.
Toda esa información, conocimiento, reflexiones y soluciones ¿cómo hacerlas llegar a la sociedad para que esta a su vez la reclame a sus gobernantes? “¿Cómo expandir esto a un nivel para que la protección del medio ambiente se vuelva común en la conducción de las políticas públicas de este país y no en una excepción?”.
Hay que buscar la forma de convencer a la sociedad por su propio interés, añadió, para así presionar al presidente municipal, al gobernador o al presidente de la República “y todo lo que está en medio”.
*Periodista científico
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