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Pandemia Coronavirus ¿Hacia dónde nos llevará ómicron?

Ómicron es una variante que puede ser menos letal que las anteriores, pero se transmite con más eficiencia.

07-02-2022

Por Consuelo Doddoli, Ciencia UNAM-DGDC

Desde su detección a finales de 2019, el coronavirus causante de la enfermedad COVID-19, ha tenido varias mutaciones. Esto no es exclusivo del SARS-CoV-2, los virus son una de las formas biológicas más antiguas en nuestro planeta, por lo que no es de extrañar su capacidad de adaptación.

Los virus requieren de un organismo para alojarse y reproducirse, es decir, requieren de la célula; puede ser la célula de un animal, una planta o una bacteria. Por ello, se les conoce como huésped y al igual que los parásitos, los virus necesitan de otros para multiplicarse.

Sin embargo, los organismos infectados también presentan resistencia, ya sea mediante medicamentos o debido a una respuesta natural.

Los virus responden mostrando su capacidad de adaptación y comienzan a cambiar su información genética para “engañar” a los huéspedes y asegurar su   paso a nuevos huéspedes.

¿Qué tan diferente es ómicron?

Ómicron es la variante más reciente del SARS-CoV-2. Se detectó en varios países de África en noviembre del año pasado. Esta variante cuenta con alrededor de 50 mutaciones (aunque algunas son compartidas con variantes anteriores) por lo que, hasta ahora, es la que más mutaciones ha acumulado.

Muchos de estos cambios se encuentran en la proteína de la espiga, conocida como “spike”, en el dominio del receptor y en el dominio de fusión, dos regiones que participan en la unión y entrada del virus.


En un principio, ómicron despertó preocupación entre la comunidad científica y sanitaria por su posible evasión a la inmunidad de las vacunas. Sin embargo, lo que hasta ahora se ha encontrado, es que el alto número de mutaciones no significa necesariamente que sea más peligrosa, sino que el virus se ha adaptado más a la especie humana, afirma la doctora Rocio Tirado Mendoza, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

El SARS-CoV-2 puede propagarse de una célula a otra mediante la fusión de células infectadas con células vecinas utilizando la proteína spike.

Las mutaciones con las que cuenta ómicron favorecen su transmisión, que puede estar asociada a una mejor interacción con su receptor, a la fusión de células y su eficiencia de replicación lo que le provoca una mayor producción de partículas virales y generar una carga viral mucho mayor, y por lo tanto, una mayor transmisibilidad en comparación con las variantes anteriores, explica la especialista.

Capacidad de infección

Hasta antes de la aparición de la variante ómicron, el virus con mayor capacidad de contagio era el sarampión. Se calcula que una persona que padece esta enfermedad es capaz de contagiar entre 12 y 18 personas. Por debajo están la tosferina, donde cada enfermo contagia entre 12 a 17 personas, la difteria a entre 6 y 7, la viruela, la polio y la rubéola donde una persona contagia a entre 5 y 7.

La capacidad de contagio de las distintas variantes del SARS-CoV-2 ha ido aumentando conforme el virus se ha ido propagando entre los humanos. Una persona infectada con variante inicial era capaz de contagiar un promedio de 2.5 personas. Se calcula que una persona infectada por la variante delta contagia alrededor de 7 personas y con la variante ómicron a 10. Este dato lo ubica como el competidor más cercano del sarampión, en cuanto a su capacidad de transmisión

Sin embargo, a diferencia de otras variantes, ómicron provoca en la mayoría de las personas síntomas más leves; afecta principalmente a las células de tracto respiratorio superior, (muy común en muchas enfermedades respiratorias incluyendo influenza), aunque esto no excluye que en algunas personas el virus  pueda viajar al tracto respiratorio inferior y causarles complicaciones graves como la neumonía, afirma Rocio Tirado y hace hincapié en que en estos casos, la propia respuesta inmune  juega un papel muy importante.


La inmunidad es algo más que los anticuerpos

El sistema inmune no solo está relacionado con los anticuerpos. Este es una gran red de diferentes tipos de células, proteínas, órganos y tejidos que trabajan en conjunto para defendernos de los microorganismos y sustancias tóxicas que pueden enfermarnos.

En particular, la mucosa que constituye nuestro sistema respiratorio también tiene una respuesta inmune que es muy importante para evitar que los virus respiratorios no pasen hasta el tracto respiratorio inferior. Se piensa que, en el caso de la ómicron, este tipo de respuesta inmune podría jugar un papel muy importante.

Por otro lado, una vez que el sistema inmune se ha enfrentado con algún patógeno, los anticuerpos producidos persisten en circulación, ofreciendo protección en el caso de que el organismo vuelva hacer atacado por el mismo patógeno.

Al parecer ómicron presenta mutaciones que le permiten escapar de los anticuerpos. Esto puede parecer grave, pero no lo es, porque los anticuerpos que atacan y anulan el virus son sólo una parte de la respuesta inmunitaria.

Las células T y las B de memoria, proporcionan a la respuesta inmune sus características de especificidad antigénica y memoria inmunológica; además tenemos las células T de memoria, que pueden atacar a las células infectadas por el virus directamente y la células T auxiliares estimulan a las células B para que produzcan más anticuerpos para combatirlo.

Por lo que, si ómicron puede evadir a los anticuerpos, existen otros mecanismos de inmunidad que proporcionan una protección ante la enfermedad. Estos mecanismos se obtienen a través de la vacunación o al contraer la enfermedad, precisa la doctora.

¿Fin de la pandemia?

Definitivamente el SARS-CoV-2 llegó para quedarse, asegura la doctora Rocio Tirado.

Sin embargo, como todos los virus, su lógica evolutiva no es la de eliminar al huésped, sino la de seguir infectando para replicarse, por lo que se piensa que este seguirá mutando y tal vez, en un futuro, como muchos de los virus respiratorios, se vuelva un virus estacional, cuyo mayor número de enfermos sea principalmente en época de frío y provocando una enfermedad respiratoria que puede cursar de leve, moderada a grave en algunas personas, sobre todo en aquellas que no se han vacunado o no tienen completo el esquema de vacunación.

Cada vez más científicos y científicas vislumbran esta evolución de la pandemia. Sin embargo, por el momento, no podemos decir que estamos fuera de peligro.

El virus está circulando a una velocidad muy alta por todo el mundo y muchas personas siguen siendo vulnerables, por lo que hay que seguir utilizando las medidas de protección para reducir el impacto de la enfermedad.

Por otro lado, las personas que se rehúsan a vacunarse son una puerta abierta a la enfermedad, ya que le están dando la oportunidad al virus de seguir mutando y la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes que se transmitan mejor y sean capaces de evadir la respuesta inmune, advierte la académica.


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