13-03-2024
Por María Luisa Santillán/Susana Tapia, Ciencia UNAM-DGDC
Un ejemplo son la pérdida de especies, la generación de residuos, la contaminación, la deforestación, los cambios en la composición química de los océanos y de la atmósfera. Muchos de ellos, incluso, son irreversibles.
Estas transformaciones fueron la base para pensar que ya no vivimos en el Holoceno, sino que hemos entrado a una nueva época geológica: el Antropoceno, definido como el tiempo en el que distintos procesos de la Tierra se han visto alterados por la actividad humana.
El término fue propuesto por Paul Crutzen y Eugene Stoermer en el 2000. Desde ese momento, propusieron que el inicio de este nuevo tiempo geológico podría ser a finales del siglo XVIII, cuando empezaron a ser más visibles los efectos globales de la actividad humana.
Otra hipótesis sobre el inicio de esta nueva época es la Revolución Neolítica, cuando la agricultura fue determinante en la emisión de gases de efecto invernadero.
También se pensó que este inicio podría ser a finales del siglo XVI, con la colonización de América. Esto porque millones de personas murieron, hubo grandes cambios en la demografía, no se cultivaron las tierras y el crecimiento vegetal capturó mayor cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera. Esto dejó un rastro geológico en 1610.
El Grupo de Trabajo del Antropoceno, encargado de analizar las evidencias geológicas para determinar si vivimos en una nueva época, propone que su inicio sea a mediados del siglo XX, con la Gran Aceleración (auge industrial, crecimiento demográfico, mayor uso de combustibles fósiles y uso de plutonio por pruebas nucleares).
Análisis de evidencias
Para considerarla una nueva etapa geológica se debe contar con evidencias científicas que demuestren qué los cambios se han dado en todo el planeta y de forma simultánea.
La Comisión Internacional de Estratigrafía (CIE), encargada de establecer las escalas del tiempo geológico, creó el Grupo de Trabajo del Antropoceno –conformado por científicos de todo el mundo– para analizar sedimentos y rocas que contienen registros fósiles de floras y faunas que nos indican cómo era la condición de cada tiempo.
El doctor Priyadarsi Roy, del Instituto de Geología de la UNAM, aclara que “como geólogos necesitamos un registro donde la evidencia de todo lo que ha ocurrido durante una era, un periodo, una época, esté preservada en rocas de alguna forma”.