19-05-2021
Por Liliana Morán/Jareni Ayala, Ciencia UNAM-DGDC
La idea de los huertos tiene su origen en los campos de cultivo, donde las personas generan sus alimentos. Actualmente y en un contexto urbano, se le llama huerto casero a los pequeños espacios que se destinan para cultivar plantas que brinden hortalizas, frutas o vegetales de consumo personal, explicó la doctora Clementina Equihua, académica del Instituto de Ecología de la UNAM.
“Aunque una familia mexicana tuviera varias macetas, no conseguiría sembrar y cosechar el maíz necesario para satisfacer su demanda de tortillas diaria. Lo mismo pasaría con tomates o chiles, pues de la siembra a la cosecha pueden pasar entre 30 y 180 días, dependiendo de la temporada del año y las características de cada planta”, precisó la especialista en ecología vegetal.
La doctora Equihua también advirtió que para algunas personas podría resultar frustrante que sus semillas nunca germinen, que sus plantas se mueran o sean invadidas por plagas, así como tener que esperar varios meses para sólo cosechar un par de jitomates (o algún otro alimento): “todo esto ayuda a valorar el esfuerzo que conlleva conseguir comestibles y obliga a reflexionar sobre el desperdicio.”
Sobre la producción, aclaró que existen algunos métodos más especializados que logran más cantidad y variedad en espacios reducidos como las paredes o azoteas verdes y los patios de hidroponía o de invernadero.
Beneficios adicionales
Servicio ambiental
Disponer de espacios verdes en terrazas, balcones, azoteas o ventanas ayuda a insectos o aves -que vuelan por las zonas urbanas en busca de plantas- a tomar el agua almacenada en sus hojas; además, les sirven para posarse a descansar o para polinizar.
Para respirar mejor
Cualquier planta expuesta al exterior ayuda a mejorar la calidad del aire: contribuye a reducir la contaminación atmosférica de partículas pequeñas, ozono y óxidos de nitrógeno. Todos relacionados con la creciente incidencia de cáncer, especialmente el de pulmón.
Salud emocional
Según la Organización Mundial de la Salud, los espacios verdes en las zonas urbanas mejoran el bienestar emocional de las personas. Los huertos operan como ejercicio didáctico y terapéutico, nos reconectan con la naturaleza y ayudan a reducir el estrés citadino.