Las caras poco conocidas de la depresión

María, usuaria del servicio de salud mental, en su testimonio compartió que una herramienta que le ayudó a superar sus crisis depresivas consistía en observarse a sí misma para así darse cuenta que ella estaba actuando y sintiéndose de modo muy distinto a como hacían otras personas de su entorno cercano. Ella notaba que los demás socializaban mientras que ella se aislaba. 

Con la finalidad de retratar la depresión desde todas su caras y generar una discusión que muestre los diferentes enfoques desde los que se ve esta enfermedad, la Dirección de Medios de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM, organizó el diálogo Las voces de la depresión, como  parte del ciclo de actividades Enfrentar la Depresión.  

En el diálogo participaron psicólogos, psiquiatras representantes de la sociedad civil y pacientes usuarios de servicios de salud mental para dar a conocer los diversos enfoques que existen sobre este padecimiento.  

Los participantes compartieron algunos aspectos poco conocidos de la depresión o temáticas sobre las que, en su opinión, no se ha insistido lo suficiente.

El doctor José Javier Mendoza Velásquez, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que desde su punto de vista es necesario insistir en que la depresión es una enfermedad sistémica, es decir, que afecta todo el cuerpo de manera general pero que sus principales manifestaciones son a través del estado de ánimo. Muchas personas, incluso médicos, piensan que es un problema únicamente mental y esto es un error.

También llamó la atención sobre la necesidad de reenseñar a los médicos a escuchar a sus pacientes y despertar habilidades en otros profesionales como enfermeras y maestros para que si una persona con depresión se les acerca en busca de ayuda, puedan dirigirlo con un especialista de la salud mental.

-Dejar una crisis depresiva sin tratar o interrumpir el tratamiento predispone en 50% a que se presente una recaída.
-En México una persona con depresión pasa 14 años sin tratamiento antes de encontrar la ayuda profesional adecuada. En ese tiempo el cerebro muchas veces ya se acostumbró a vivir con depresión, lo que dificulta el proceso de recuperación.

Desde la perspectiva de la doctora Paulina Arenas Landgrave, docente de la Facultad de Psicología de la UNAM, es fundamental difundir que la depresión es una enfermedad que se puede tratar de manera muy efectiva y destacó los avances médicos y psicológicos, en especial el uso de los tratamientos combinados que integran psicoterapia con el uso de psicofármacos.

Señaló que la psicoeducación es fundamental para informar al público sobre qué es la depresión, cómo se manifiesta y qué hacer cuando se detecta que una persona cercana o uno mismo puede tenerla. La psicoeducación ayuda a no estigmatizar como cuando se le dice a alguien que su depresión es la “enfermedad de la flojera” o “un problema de mala actitud”.

Por su parte, la Maestra Gabriela Cámara Cazares fundadora del proyecto Voz Pro Salud Mental —mismo que impulsa la psicoeducación como una forma de combatir las enfermedades mentales— alertó que numerosas personas que luchan contra la depresión se ponen caretas para que la gente no note que algo malo ocurre y  aparentan que no tienen la enfermedad. Esto en numerosas ocasiones sucede por miedo a sentirse vulnerables, a reconocer que se tiene una enfermedad y por la resistencia a buscar ayuda.

La especialista señala que la psicoeducación es clave porque ayuda al paciente a comprender qué le está pasando, que herramientas tiene para salir adelante, como mejorar sus síntomas, comunicarse mejor con el médico y ayudar a que haya un mejor ambiente en su casa.

Atenderla desde la adolescencia

El doctor Luis Manjarrez-Gutiérrez, del Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, consideró que es importante recordar que la depresión no es una situación que depende de la personalidad sino que es una enfermedad para la cual si existen esquemas de tratamiento que pueden minimizar el impacto económico y social que tiene. Además para el médico es importante resaltar que la depresión es una enfermedad plagada de estigma y desinformación.

Por ejemplo, esta enfermedad se presenta en la temprana adolescencia pero se deja sin tratar durante muchos años porque se considera que es un periodo normal que experimentan los jóvenes. Esta ausencia de tratamiento es grave si se tiene en cuenta que el cerebro joven es más plástico y por lo mismo más fácil de rehabilitar que un cerebro adulto, que ha pasado muchos años sin tratamiento y que tiene esquemas cognitivos disfuncionales durante mucho tiempo y que no son tan abiertos a la explicación de los síntomas.