06-03-2018
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM, DGDC
Los sueños pueden convertirse en realidad. La tenacidad y el temple deben ser constantes para poder cumplirlos. Esas fueron las consignas de Ricardo Pedro Pablo, un joven egresado de la Facultad de Química de la UNAM, quien puso todo su esfuerzo y dedicación para culminar una licenciatura y continuar sus estudios hasta convertirse en doctor.
Proveniente de La Mina, poblado de la Sierra de Oaxaca, un día supo que existía la UNAM, investigó sobre ella y decidido se dispuso a viajar a la ciudad de México para estudiar química, licenciatura de la que se graduó con mención honorífica en 2011.
“Llegué a la ciudad de México sin nada, sólo con lo que traía puesto, sin dinero, y no conocía a nadie; desde pequeño, supe que no quería morir pobre, por eso en cuanto tuve la oportunidad de superarme lo hice. Soy hijo de dos indígenas oaxaqueños que me enseñaron a nunca rendirme, que la vida no es sencilla y que para conseguir lo que se quiere hay que sacrificarse”, señala el doctorante en química del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Partió de la tierra que lo vio nacer con el único objetivo de estudiar y obtener una mejor educación, siempre apoyado por su madre quien no sabe leer, escribir ni hablar bien español pero quien siempre lo ha alentado a luchar por sus sueños.
Durante los estudios de licenciatura, un amigo y compañero suyo de estudios, lo invitó todos los días a comer a su casa, “estudiar y trabajar no es posible si se quiere ser químico, por lo que empecé a vender dulces para mantenerme”, recordó.
Ricardo Pedro Pablo no es para nada conformista, pues ha buscado por todos los medios aprender y superarse. Sabía que si quería destacar era necesario llegar más lejos. Entonces decidió que su próximo objetivo sería el MIT, en donde cursaría el doctorado, y así fue.
Luego de estudiar incansablemente día y noche –el idioma inglés no era algo que dominaba–, aplicó el examen junto con una amiga suya para ingresar al MIT y lo logró. La ciencia, confiesa, le ha ayudado a conseguir su sueño, aunque considera que no es muy bueno para ello.
Conmovido, recuerda y narra en el auditorio B de la Facultad de Química de la UNAM, como en 2012 recibió la noticia que tanto esperaba: ser aceptado por el MIT para cursar el doctorado.
“Ese día fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida, fue el resultado de mucho esfuerzo y sacrificios personales, de mi familia, profesores y amigos que han creído en mí y me han apoyado incondicionalmente”, comenta al dictar la conferencia “Cómo la ciencia ha cambiado mi vida. Los sueños se pueden cumplir”.
- En el MIT, Ricardo trabaja en un proyecto enfocado a generar materiales con usos electrónicos, con el que se graduará en mayo próximo.
Pedro Pablo es un chico como todos, gusta de escuchar música electrónica y leer un buen libro. Para él, recorrer todo este camino no ha sido nada sencillo, sin embargo, ha demostrado que cuando se quiere se puede. Su historia de vida lo llevó a conseguir el Premio Nacional de la Juventud 2017.
A pesar de todos los altibajos, concluye, “estoy satisfecho por todo lo que he logrado, sin embargo, mi principal propósito en esta vida es ser feliz.”
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