26-07-2017
Por Dánae Villalón, DGDC-UNAM
A Gloria Delgado Inglada, investigadora del Departamento de Estrellas y Medio Interestelar en el Instituto de Astronomía de la UNAM, jamás le han gustado las respuestas fáciles. Ella prefiere entender el porqué de las cosas aunque eso requiera tiempo y mucho esfuerzo.
Esa inquietud la llevó a estudiar la Licenciatura en Física en Madrid y la especialidad en Astronomía en Canarias; después obtuvo sus grados de maestría y doctorado en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica ubicado en Puebla.
Aunque durante su carrera la química no era su materia favorita, al finalizar tuvo un acercamiento a la química del medio interestelar, área que estudia los elementos que hay en el universo, dónde se producen y cómo van viajando por las galaxias. Esta forma de entender el universo le resultó apasionante.
Actualmente, estudia la composición química de los gases que rodean las estrellas, especialmente las regiones H II y nebulosas planetarias, usando el laboratorio más grande de todos: el universo.
La doctora explica que las nebulosas planetarias son objetos astronómicos muy interesantes porque se tratan de la fase final de la vida de estrellas. El Sol de nuestro sistema podría pasar por esa fase en varios miles de años.
“Nuestro Sol ahora está a la mitad de su vida y está quemando hidrógeno en el centro. En 4500 millones de años dejará de tener hidrógeno, se volverá una gigante roja, tendrá un periodo de inestabilidad y finalmente perderá el material que se encuentra en la parte más exterior, el cual se irá al espacio“.
“Su núcleo, al estar caliente, emite radiación que interactuará con el material que liberó previamente la estrella, este se calienta y brillará. Eso es una nebulosa planetaria, el gas que liberó una estrella como el sol al final de su vida y que logró calentar e iluminar. Aunque no estaremos ahí para verlo, podemos comprender cómo se comportará nuestro sol en un futuro muy lejano“.
Al preguntarle cómo realiza sus investigaciones, explica que por medio de la tecnología actual es imposible estudiar directamente todos los elementos químicos del Sistema Solar; hasta ahora sólo se ha logrado conocer con exactitud la composición química de la Luna, pero eso es sólo una pequeña parte del universo.
De modo que, los astrónomos usan la luz para conocer la historia del universo y la forma en que se comportan las estrellas.
El espectro de luz remanente de los objetos que alguna vez existieron o que se encuentran muy lejanos, permite determinar a qué distancia están o con qué velocidad se mueven.
- Los astrónomos han desarrollado tecnologías que miden los diferentes tipos de radiación y las diferentes longitudes de onda y frecuencia, para saber así lo que ocurre dentro de las estrellas.
La doctora señala que, aunque el estudio de la astronomía no tiene un impacto inmediato en la vida diaria, contribuye a saber más sobre aquello que está lejano y a ampliar el conocimiento del universo. Por esa razón su trabajo nunca está terminado, cada respuesta obtenida la lleva a formular nuevas preguntas que generan mil preguntas más.
¿Por qué hablar de ciencia? Además del trabajo de investigación que realiza en el Instituto, Gloria tiene un gran interés por comunicar la ciencia a la población en general.
“La astronomía en particular es muy bonita, la ciencia en general es muy divertida. Cuando al fin entiendes algo que no comprendías, la sensación es muy grata”.
Ella considera que acercar al público a la ciencia no sólo ayuda a descubrir las vocaciones de futuros científicos, también genera nuevas preguntas. La ciencia nos rodea día a día, así que aún sin dominar los conceptos, todos podemos llegar a cuestionarnos qué ocurre en el universo, comenta la doctora Delgado.
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