Adolescentes , los más afectados por el ciberbullying

Enviar mensajes ofensivos por celular, subir fotos con contenido privado a las redes sociales o hacer burla de alguien a través de éstas, de un chat o blog, son sólo algunas de las prácticas que hoy en día se utilizan en el ciberbullying o acoso cibernético.

Aunque esta forma de acoso puede darse en jóvenes y adultos, es común que los primeros se vean más afectados porque se encuentran en un proceso de transición en el que experimentan cambios físicos, biológicos y sociales. Esto provoca que su personalidad sea más inestable antes de entrar a la etapa adulta.

La doctora Emilia Lucio Gómez Maqueo, de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que la personalidad de un ser humano se forma a lo largo de su vida y con las experiencias que vive acompañado de sus padres desde la infancia. Sin embargo, en la adolescencia cambian los intereses y las personas con las que se identifica, además de que empiezan a tomar decisiones que los llevarán a la adultez.

La personalidad, que es la forma más estable de reaccionar de una persona ante diversas situaciones y que hacen que nos distingamos de otros al llegar a la adolescencia, puede desestabilizarse en unas personas más que en otras. La autoestima, que es parte de la personalidad, en algunos adolescentes es baja porque desde niños no tuvieron cuidadores que reforzaran sus actitudes positivas o porque vivieron una experiencia traumática, como la pérdida de un ser querido.

“Con el acoso en las redes un adolescente, que vive esta etapa de transición, está en riesgo de que dañen su autoestima, entre otras cosas porque necesita mucho de la aceptación de sus pares, de las personas con las que convive”, señaló la psicóloga.

A diferencia de un adulto, que no necesariamente busca la aceptación de sus pares en el trabajo, un adolescente conoce en la escuela a otros jóvenes con los que se identifica y comparte gustos, inquietudes, aficiones, etcétera. Por lo tanto, al ser víctimas de ciberbullying la burla y humillación que viven a través de este acoso cibernético puede llegar a un mayor número de personas, lo cual provoca que su autoestima se dañe al verse expuestos ante otros jóvenes.

Un acoso de este tipo puede dañar la autoestima y convertirse en un factor de riesgo para el suicidio, explicó la doctora Lucio Gómez Maqueo, cuya área de estudio se ha enfocado en los últimos años en problemas de los adolescentes. Aclaró que el ciberbullying no es la única causa de suicidio, el cual es multifactorial y en el que pueden coincidir aspectos como la mala relación con los padres, los conflictos con otros adolescentes y el sentirse poco aceptados, entre otros.

En México, el sector empresarial, académico y de gobierno presentaron la campaña #yoloborro que entre sus objetivos se encuentran el promover el uso adecuado y responsable de las tecnologías de la información, y erradicar comportamientos y conductas que generen el acoso cibernético.

Mayor vigilancia de los padres

Las formas de comunicarse entre los jóvenes han cambiado en la actualidad. Hoy, es común la interacción entre ellos sea más dinámica y se dé por distintos medios como el teléfono celular, las redes sociales o los chat, lo cual complica estudiar un fenómeno como el ciberbullying, por la forma tan rápida que avanza la tecnología.

De acuerdo con la doctora Lucio Gómez Maqueo una forma de enfrentar el ciberbullying es que la víctima no se avergüence por lo que se llega a comentar sobre su persona y comentar con los padres o alguien cercano sobre el acoso que enfrenta, así como buscar la forma de desmentirlo si es necesario. Señaló que los adolescentes no son muy abiertos para platicar sobre sus problemas, por lo que es necesario enseñarles que pueden confiar en un adulto para enfrentar la situación de acoso que viven.

Asimismo, es importante que los adolescentes se den cuenta que no todos van a creer lo que se dice sobre su persona en las redes sociales, blogs o chats. “Se angustian tanto y creen que todo mundo va a creer lo que ahí se dice, el adolescente debe darse cuenta que él no es lo que están diciendo y que aunque algunas de las cosas que se dijeran fueran ciertas, él tiene muchas otras cualidades”, acotó la universitaria.

Por su parte, el agresor es una persona que quiere ejercer el poder sobre la víctima. Crean una fantasía de poder porque no tienen una autoestima elevada y buscan elevarla a través de la agresión que ejercen sobre los otros. En opinión de la psicóloga son adolescentes que desde niños no se les proveyó de una seguridad positiva y presentan una tendencia hacia la agresión.

Realizan este tipo de conductas por diversión y utilizan la burla como una forma de lastimar a otros niños o adolescentes quienes son más susceptibles a la burla. Por lo tanto, es necesario que la prevención de este tipo de fenómenos se trabaje desde los padres y los maestros.

“Es innecesario que un niño necesite un celular o una cuenta de Facebook, los papás a veces le consienten todo a sus hijos, quienes pueden volverse agresivos por falta de límites. A veces hay una falta de cuidado de los padres. Además el problema es que hay sitios de pornografía que son accesibles a los niños”, concluyó.