18-10-2013
Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM
Cada dos horas muere en nuestro país una mujer por cáncer de mama y solo el 10 por ciento de estas neoplasias recibe el diagnóstico en etapa 1, a diferencia de Estados Unidos, Canadá o Australia, en donde esta cifra es de 50 por ciento.
Desde el 2006, año en que la enfermedad rebasó en México la incidencia sobre el cáncer cérvico uterino, se han implementado distintas estrategias clínicas y de investigación que buscan detener este mal.
A través de la genómica se busca entender las bases moleculares del cáncer para generar métodos que mejoren la práctica clínica y la calidad de vida de las pacientes. Algunas de las aportaciones actuales han sido el descubrimiento de aspectos destacados sobre la genómica del cáncer de mama, como la identificación de alteraciones genéticas particulares de nuestra población y los subtipos moleculares de los tumores malignos de mama.
Ante este panorama, el pasado 15 de octubre, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) organizó el Día de la Genómica del Cáncer, que este año se enfocó al análisis del cáncer de mama. Durante el evento distintos especialistas discutieron aspectos de la práctica clínica, la investigación y las políticas públicas sobre esta enfermedad.
La doctora Alessandra Carnevale, del INMEGEN, señaló que 10 por ciento del cáncer de mama que se diagnostica en México es hereditario, el cual además de que casi siempre se presenta a temprana edad, puede ser bilateral. Dijo que cuando se hable de cáncer en personas menores de 40 años, puede estar involucrada la herencia como un factor de riesgo.
Al respecto, el doctor Alfredo Hidalgo Mirando, de la misma institución, señaló que los estudios moleculares han arrojado que el cáncer es una enfermedad heterogénea, en donde la genómica puede intervenir desde su detección hasta la caracterización molecular del tumor y el tratamiento.
Dijo que en la población mexicana intervienen factores genéticos y ambientales que probablemente se reflejan en la epidemiología del cáncer, ya que se ha visto que en los mexicanos jóvenes, los tumores llegan a ser más agresivos que en otras poblaciones.
Agregó que en el 10 por ciento de pacientes con cáncer de mama hereditario, sí tendría un impacto contar con centros regionales que permitan realizar una secuenciación genética en dicha población.
“Se podría evitar que pacientes portadoras de la mutación que están sanas lleguen a desarrollar este tipo de tumores; esto tendría un impacto económico muy profundo en los sistemas de salud”, señaló.
La doctora Lizbeth López Carrillo, de la Asociación Civil Tómatelo a pecho, dijo que la edad de inicio del cáncer de mama es distinta en países desarrollados que en vías de desarrollo. Por ejemplo, en los primeros se presenta, por lo general, en mujeres entre 55 y 60 años de edad, además de que hay una proporción baja de detección en mujeres premenopáusicas o en menores de 35 años.
“Los últimos datos están revelando en México, en Latinoamérica y en otros países en desarrollo, un comportamiento bimodal de la edad, es decir, como si fueran dos entidades morfológicas, un cáncer muy temprano de mujeres de 30 a 44 años con características muy definidas, tanto moleculares como epidemiológicas, y un cáncer más tardío en mujeres posmenopáusicas. De tal forma que podríamos tener dos edades promedio de diagnóstico, una alrededor de los 40 años en México y otra entre 54 y 60 años”, explicó.
Destacó que la importancia de esto radica en que la supervivencia en 10 años se duplicaría; si hoy es de 127 mil mujeres, pasaría a 300 mil, lo cual tendría implicaciones para los sistemas de salud, porque tendrían que estar preparados para atenderlas.
De acuerdo con el doctor Antonio Maffuz Aziz, de la Fundación del Cáncer de Mama (FUCAM), la mastografía sigue siendo el estándar para diagnóstico de este tipo de tumores.
Asimismo, algunas recomendaciones que podrían impactar en la detección oportuna de esta enfermedad son: promover la autoexploración mamaria una vez al mes entre las mujeres de 18 a 25 años, acudir a revisión médica cada seis meses y realizar una mastografía cada dos años después de los 40 años de edad o anualmente si el médico lo considera necesario.
Con el objetivo de ampliar el conocimiento y la prevención de la enfermedad, Octubre fue declarado Mes Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, conmemoración a la que se han unido instituciones dedicadas a la investigación como el Instituto Nacional de Medicina Genómica y la Universidad Nacional Autónoma de México.
El cáncer de mama desde la medicina genómica
Cáncer de Mama. El gen relacionado con el crecimiento de tumores
Suma de esfuerzos para investigar el cáncer de mama