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Plantas medicinales como tratamiento para enfermedades gastrointestinales

El cuachalalate contiene sustancias que protegen el estómago y matan a Helicobacter pylori. Diseño: Jareni Ayala.

07-08-2013

Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM




Se calcula que alrededor de 50% de la población mundial tiene la bacteria Helicobacter Pylori, asociada con padecimientos estomacales. Esto no significa que necesariamente todos los portadores tengan gastritis o úlcera péptica. Solo entre 15 y 20% de las personas van a desarrollar una úlcera péptica, misma que podrá ser gástrica o duodenal, dependiendo de donde esté situada; mientras que de 1 a 3% llegará a presentar cáncer gástrico.

Existen tratamientos farmacológicos muy conocidos para erradicar esta bacteria; el principal problema de ellos es la resistencia que genera a los antibióticos. Una opción que se estudia en la actualidad son las plantas medicinales, las cuales tienen distintas ventajas.

En el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM, la doctora Irma Romero Álvarez trabaja con algunas de estas especies vegetales que serían una alternativa de tratamiento menos costosa, sin efectos tóxicos y que no generarían resistencia.

Tratamientos naturales

Para erradicar a Helicobacter pylori, el tratamiento de primera elección es conocido como triple terapia, el cual consiste en una combinación de dos antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones, es decir, un inhibidor de la acidez. Después de que se administran estos fármacos, durante cierta cantidad de días, se ha visto que en 80% de los casos la enfermedad se cura.

Aquellos pacientes que no presentan mejoría, el 20% restante,  reciben un segundo tratamiento conocido como cuádruple terapia. En él se administran dos antibióticos diferentes, respecto a la primera terapia, además del inhibidor de la acidez y un gastroprotector, como sales de bismuto. Después de esta opción, del 5 al 10% de aquellos que lo reciben no presentan mejoría.

“Es muy compleja la terapia, pues son muchos antibióticos. Aparecen efectos secundarios y las personas no terminan los tratamientos. Además está el hecho de que son tratamientos caros y al abandonarlos se puede presentar resistencia a los antibióticos”, explicó la doctora Romero Álvarez.

Una opción de tratamiento contra Helicobacter pylori sin antibióticos, que no es tan agresiva y es de bajo costo son las plantas medicinales, en las cuales México tiene una gran tradición. La doctora Irma Romero Álvarez trabaja desde hace algunos años en esta área en la que ha logrado tener destacados avances.

En un primer trabajo, la investigadora y sus colaboradores recopilaron información sobre lo que se había hecho en nuestro país con plantas medicinales utilizadas para curar enfermedades gastrointestinales. Se apoyaron, en parte, en los estudios con especies vegetales que se han hecho en el Instituto de Química y en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La primera selección que realizaron fue de alrededor de 100 plantas, la cual fue depurada por cuestiones prácticas a 60; en éstas se probó su actividad anti Helicobacter pylori y encontraron que más de 70% mataban a la bacteria, con una actividad de moderada a fuerte. Gracias a este enfoque del estudio de las plantas medicinales, el grupo de trabajo de la doctora Romero Álvarez es pionero en el campo en México.

Asimismo, este trabajo les sirvió como base para seleccionar a las plantas más activas contra la bacteria y seguirlas estudiando para saber por qué presentan dicha actividad.

Durante esta parte del proyecto colaboraron con investigadores del Instituto de Biología de la UNAM, pues detectaron que algunas de las plantas medicinales que adquirían en los mercados no correspondían con el nombre solicitado. En dicha institución, la maestra Edelmira Linares y el doctor Robert Bay les apoyaron en la identificación correcta de cada especie vegetal.

De las plantas que se escogieron en este estudio, se destacó el cuachalalate, la cual recomienda la herbolaria tradicional contra la gastritis y la úlcera. La corteza de este árbol se hierve y se toma como agua durante todo el día.

Esta especie vegetal ha sido ampliamente estudiada en la Facultad de Química por la doctora Rachel Mata y el doctor Andrés Navarrete, entre otros investigadores. Al revisar los estudios previos realizados con esta planta, el equipo de la doctora Romero descubrió que presenta actividad gastroprotectora, es decir, protege la mucosa gástrica, así como actividad antiinflamatoria.

Uno de los hallazgos fue que los extractos poco polares de la planta, es decir, los que no están disueltos en el agua, son más efectivos para matar la bacteria Helicobacter pylori que el extracto acuoso. A partir de un extracto de éter de petróleo, se purificaron los principios activos del cuachalalate y se concluyó que los compuestos conocidos como ácidos anacárdicos tienen mejor actividad para matar a la bacteria, incluso igual a la de alguno de los antibióticos de referencia que se utilizan para combatirla.

La doctora Irma Romero Álvarez comentó que un siguiente paso para ellos es saber cuál es el mecanismo por el que estos ácidos anacárdicos matan a la bacteria.

“Sabemos ya algunas cosas: que son moléculas que tienen acción bactericida y bacteriostática, dependiendo de la concentración en la que se usan. Bactericida quiere decir que la matan y bacteriostática que impiden su crecimiento sin destruirlas. Esto es muy importante porque si yo quiero erradicar una bacteria la tengo que matar, no nada más detener su crecimiento un rato”, explicó.

Prevenir la gastritis y la úlcera

La bacteria necesita adherirse a las células del epitelio del estómago para que pueda dañarlo. Utiliza tres procesos de colonización para lograrlo: el de motilidad, es decir, ocupa el flagelo que tiene para pasar por el estómago y llegar al epitelio gástrico; el de la actividad de la enzima ureasa, en donde rompe la urea que tenemos cerca de la mucosa y neutraliza lo que está alrededor de ella; y el de adherencia.

“Lo que estamos haciendo es ver si estos tres procesos de colonización se ven afectados con los compuestos de cuachalalate. Porque si encontramos que hay alguno que los inhiba, entonces podríamos tomarnos un preparado de la planta cada determinado tiempo y evitaríamos que la bacteria se quede”.

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