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Esquizofrenia: la mente atrapada en delirios y alucinaciones

Alrededor de 1 millón de mexicanos son esquizofrénicos. Foto: Bárbara Castrejón Gómez.

03-02-2013

Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM



A pesar de las múltiples investigaciones que se han hecho alrededor de la esquizofrenia aún no se conocen con exactitud las causas físicas o genéticas que la provocan, pues aunque últimamente se han identificado 12 genes relacionados, no puede considerarse que uno en específico sea el causante de su aparición.

Uno de los factores que sí se conoce en la fisiopatología de la enfermedad, es que se origina por una conectividad anómala entre varias estructuras del sistema nervioso central, lo cual genera circuitos cerebrales anormales que son responsables de su compleja sintomatología.

Se calcula que la esquizofrenia afecta al uno por ciento de la población mundial. En México alrededor de un millón de personas la padecen y aunque se presenta por igual en hombres y mujeres, se sabe que en varones inicia entre los 15 y los 25 años de edad, mientras que en las mujeres es entre los 25 y 35.

Las manifestaciones clínicas de este trastorno mental se dan por síntomas positivos como la desorganización del pensamiento, alucinaciones e ideas delirantes, además de síntomas negativos como el aplanamiento de las emociones (anhedonia) y motivación anómala, entre otras.

De acuerdo con el doctor Alfonso Escobar Izquierdo, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, la génesis de la esquizofrenia puede estar relacionada con estímulos ambientales adversos, complicaciones obstétricas, hipoxias, toxicidad del alcohol u otras drogas, problemas perinatales en el parto prolongado, infecciones, anomalías endócrinas y nutrición inadecuada, los cuales son factores que pueden causar lesiones en el cerebro y participar en la fisiopatología de la esquizofrenia.

Explicó que también la genética está involucrada con este padecimiento, “y es que se sabe que cuando hay un esquizofrénico en la familia seguramente va a haber otros miembros con este padecimiento”, dijo.

Avances en el conocimiento de la enfermedad

Al iniciar el siglo XX Emil Kraepelin, psiquiatra alemán, fue el primero en señalar que la esquizofrenia era una psicosis que se debía a un trastorno orgánico cerebral.

Hubo intentos de hacer estudios de los cerebros de los esquizofrénicos para identificar el sustrato anatómico y establecer las bases neuropatológicas de la enfermedad, sin embargo, no se encontraron anomalías morfológicas, es decir, los cerebros de esquizofrénicos parecían idénticos a un cerebro normal. De acuerdo con el doctor Escobar Izquierdo, en ese tiempo no se estudiaron las áreas adecuadas, pues no se conocía mucho sobre la fisiología cerebral.

Posteriormente, a mediados del siglo XX, con la aparición de la psicofarmacología surgieron medicamentos para el tratamiento de la enfermedad, lo cual provocó un cambio en los conceptos que existían hasta ese momento en la psiquiatría.

“Estos medicamentos modifican la química cerebral, lo cual dio origen a la teoría dopaminérgica de la esquizofrenia, que implica que las vías dopaminérgicas que inician en la sustancia negra del mesencéfalo en el tallo cerebral, tiene que ver con el problema de la génesis de esta enfermedad”, explicó el doctor Escobar Izquierdo.

Ya para las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, con el surgimiento de la técnica de neuroimagen, se confirmó el ensanchamiento de la cavidad ventricular y de los ventrículos laterales en el cerebro del esquizofrénico. Además con técnicas de resonancia magnética se conocieron modificaciones como la atrofia cortical en los lóbulos frontales, temporales y parietales, así como en el vermis cerebeloso, además de ausencia de la asimetría común entre los lóbulos frontales y occipitales.

De acuerdo con el investigador universitario ahora se sabe que el líquido cefalo- raquídeo de los pacientes esquizofrénicos tiene bajos niveles de ésteres monofosfóricos y de ortofosfato inorgánico, lo cual indica hipoactividad funcional de la neocorteza prefrontal dorsal. “Existe un problema serio en los lóbulos frontales, los cuales se sabe que tienen que ver con los estados emocionales y la toma de decisiones”, explicó.

Estructuras cerebrales dañadas

En la actualidad, distintas técnicas neuropatológicas modernas permiten la identificación precisa de las alteraciones en el cerebro que antes no habían sido descritas. Hoy se sabe que la neuropatología de esta enfermedad incluye lesiones en el sistema límbico, así como anomalías citoarquitectónicas en las cortezas prefrontal dorsal, orbitofrontal, temporal, parietal y occipital, el hipocampo, el tálamo, el cuerpo estriado, el globo pálido y la formación reticular.

En la esquizofrenia los impulsos sensoriales que pasan a través de las vías retículo-límbicas tienen un impacto anormal en la neocorteza, esto provoca que el esquizofrénico esté carente de emociones, presente una interpretación cognoscitiva errónea y tenga conductas anómalas e incongruentes.

Asimismo, la anhedonia o pérdida de las experiencias placenteras es una manifestación clínica de la esquizofrenia, pues los pacientes no muestran reacción ante los estímulos emocionales, tales como simples experiencias sensoriales o interacciones sociales complejas.

Gracias a estudios de resonancia magnética se sabe que las alucinaciones están relacionadas con las alteraciones en el lóbulo temporal, el trastorno de pensamiento a las anomalías en el hipocampo y los síntomas negativos a las alteraciones de la neocorteza prefrontal. Asimismo, los aspectos relacionados con la atención e información tienen que ver con el tálamo y los circuitos neuronales de la línea media.

Por otro lado, el doctor Escobar Izquierdo subrayó que las alteraciones que se presentan en el hipocampo son un indicador de que un trastorno de migración neuronal debe ser considerado como factor etiológico en la esquizofrenia. “Esto es muy importante porque en las primeras 14 semanas de desarrollo embrionario existe la migración neuronal”, dijo.

Diagnóstico acertado

Algunos de los recientes descubrimientos en torno a esta enfermedad, explicados por el doctor Escobar Izquierdo, son los relacionados con factores neuroquímicos como la participación de serotonina y dopamina. Además de que el glutamato, aminoácido neurotransmisor del sistema nervioso central, también se ha identificado con los síntomas de la esquizofrenia.

“Todas esas estructuras tienen que participar funcionalmente de una manera normal. Se sabe que se hallan involucradas en los mecanismos neurales de la esquizofrenia y constituyen evidencia suficiente para confirmar que ésta obedece a un problema cerebral global que afecta corteza cerebral, tanto neocorteza como paleocorteza, estructuras diencefálicas -tálamo e hipotálamo-, cerebelo y tallo cerebral, así como los varios neurotransmisores (dopamina, serotonina y glutamato) que conjuntamente participan en la génesis del pensamiento y conducta normales”, explicó el doctor Alfonso Escobar Izquierdo.

La esquizofrenia es un trastorno mental para el cual no existe cura, únicamente tratamientos de control. Por la etapa en que aparece se le considera un padecimiento discapacitante, pues surge en la edad productiva de los seres humanos, por lo que cuando una persona mantiene por más de seis meses síntomas como alucinaciones, cambios en el estado de ánimo o apatía debe consultar a un especialista. “La mente del esquizofrénico se halla reducida en actividad, vacía de lenguaje y desprovista de emoción,  imaginación e interés”, concluyó.

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