17-08-2020
Por Laura García, Ciencia UNAM-DGDC
Mientras se logran avances en la disponibilidad de una vacuna o de un medicamento específico contra el virus SARS-CoV2, especialistas de todo el mundo decidieron aprovechar algunos tratamientos disponibles en su intento por salvar al mayor número de pacientes graves.
Uno que ha sido utilizado en diversos países, incluido México, es la terapia de plasma convaleciente. Los médicos la han aplicado a pacientes desde la década de los sesentas para combatir enfermedades como la hemofilia o cuando se necesita mejorar la respuesta inmune.
Básicamente consiste en hacer transfusiones de plasma obtenido de personas sanas a pacientes con enfermedades autoinmunes o con defectos en la producción de anticuerpos para mejorar su respuesta inmune o capacidad de coagulación. ¿Cómo se usa para cambatir a la COVID-19?
El plasma es la fracción líquida de la sangre; ahí se transportan las inmunoglobulinas, que son los anticuerpos específicos que produce nuestro organismo para combatir un antígeno, es decir, un agente infeccioso como virus o bacterias, explica la doctora Norma Candelaria López Santiago, hematóloga pediatra del Instituto Nacional de Pediatría y académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Recientemente, se usa como proyecto de investigación para tratar a enfermos graves de COVID-19, es decir, es una terapia en evaluación.
En estos casos, los médicos les administran plasma de pacientes que ya tuvieron la enfermedad y que se encuentran recuperados y sin ninguna evidencia de infección, pero que cuentan con anticuerpos IgG que su sistema inmune desarrolló para combatir el virus.
De esta manera, se les transfieren al enfermo las inmunoglobulinas específicas contra el coronavirus causante de la enfermedad; se espera que eso le ayude al paciente a combatirlo y tener una mejor respuesta frente a la enfermedad.
- El Instituto Mexicano de Seguro Social fue la primera institución del país certificada para tratar con plasma convaleciente a sus derechohabientes con COVID-19.
“La terapia de plasma convaleciente tiene unos cuantos meses que se está utilizando en México; en el momento actual sólo se utiliza en un número muy determinado de instituciones como proyecto de investigación, en donde se está evaluando si efectivamente es útil y si el riesgo-beneficio es mayor para mejorar y acortar la evolución de la enfermedad”, precisa la especialista en hematología.
Como cualquier ensayo clínico, si una institución quiere realizar la terapia de plasma convaleciente en un hospital del país, primero debe elaborar un protocolo de investigación, donde se contemplen medidas de seguridad y confidencialidad, entre otras.
Una vez diseñado el protocolo, se presenta a las autoridades locales de los Comités de ética, de Investigación y de Bioseguridad, quienes después de analizarlo pueden autorizarlo.
Posteriormente, si la COFEPRIS lo autoriza, el ensayo clínico se puede llevar a cabo.
Hasta ahora, los resultados son preliminares, y aunque han sido satisfactorios, es necesario más tiempo y estudios para saber si este procedimiento es útil y cuáles son los posibles riesgos, pues como advierte la doctora López, cualquier transfusión tiene riesgo de reacciones de hipersensibilidad, entre otras, por las proteínas que contiene el plasma.
Este tratamiento requiere de donadores de plasma que ya se han superado la enfermedad y tienen los anticuerpos específicos contra el virus. Además deben cumplir con los requisitos de un donador de sangre convencional: presión arterial normal, no tener enfermedades asociadas que puedan complicar la salud del mismo donador ni antecedentes de prácticas de riesgo.
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