Huyendo del fuerte frío invernal, año con año millones de mariposas hacen un recorrido desde el sur de Canadá y norte de Estados Unidos hasta California y México.
Las mariposas que llegan a México se refugian en los bosques de oyamel en el estado de Michoacán, durante los meses de noviembre y hasta mediados de febrero.
Para la migración del siguiente año habrán pasado varias generaciones de mariposas y serán las bisnietas las que realizarán el mismo viaje y llegarán a los mismos bosques.
Los bosques a los que llegan son reliquias de extensas zonas de vegetación que existieron en la antigüedad.
El néctar de las flores que hay en los bosques sirve de alimento a las mariposas monarca. Ellas a su vez, ayudan a la polinización de las plantas con flores.
Las mariposas son alimento de pájaros y ratones de campo. Ellos consumen hasta un millón de monarcas en las colonias de hibernación.
Las mariposas sobrevivientes, alrededor de la mitad de la población, inician su retorno hacia el norte al iniciar la primavera. Para finales de marzo, usualmente ya todas se han ido. La monarca es la única mariposa que realiza un viaje migratorio de ida y vuelta tan largo, de 5000 km.
La disminución natural de la población de monarcas podría reducirse aún más por la destrucción de su hábitat.
A pesar de que se ha creado un santuario para la conservación de mariposas monarca, la tala ilegal está destruyendo el ecosistema.
La preservación de los hábitats naturales es necesaria no sólo para las mariposas. Nosotros también dependemos de los servicios ambientales que ecosistemas como éste nos brindan. De ahí la importancia de su cuidado y conservación.