Parákata, hogar de mariposas en Universum

• 

  Una antigua leyenda indígena dice que al confesarle un deseo a alguna mariposa, ella vuela para contárselo a los dioses. Las mariposas de Parákata, a pesar de ser especies de criadero, siguen su ciclo de vida como si estuvieran en zonas silvestres.

• 

  Cada tipo de mariposa se alimenta de una planta en específico; en sus hojas depositan los huevecillos para que cuando nazcan las orugas, se alimenten de la planta donde están. Las hojas también les brindan protección cuando duermen.

• 

  La crianza de una mariposa inicia con la recolección de los huevecillos en zonas silvestres y su manejo en un ambiente controlado, como en el laboratorio de Parákata. Ahí se cuidan ejemplares a lo largo de sus cuatro etapas: huevecillo, oruga, pupa y finalmente mariposa.

• 

  Conforme van creciendo, se debe evitar la alta densidad y que cuando sean orugas, se coman a otras más pequeñas, e incluso, a las pupas. Las mariposas se enferman al ser víctimas de parásitos, virus, hongos y bacterias, que por su manipulación podemos transmitirles. Para evitarlo, se mantiene limpio su ambiente y sus alimentos.

• 

  Las mariposas son polinizadoras, forman parte de la cadena trópica y algunas pueden llegar a ser una plaga en su etapa de oruga. En Puebla, por ejemplo, se consume la larva de mariposa nocturna conocida como Cuetla, uno de los platillos gastronómicos más reconocidos del estado.

• 

  A lo largo del año podemos encontrar distintas especies de mariposas en Parákata, las cuales en vida silvestre habitan en Michoacán, el Estado y Valle de México. La especie que comúnmente reside en el mariposario es la blanca sureña mayor (Ascia monuste monuste), ya que es fácil cuidar porque resiste distintas condiciones climáticas.

• 

  Las mariposas se reproducen a gran escala, así se asegura que su descendencia sobreviva en una tasa del 10 por ciento. Aunque para sobrevivir en sus ambientes naturales enfrentan un problema mayor: la destrucción de su hábitat por el ser humano.

• 

  Una manera en que podemos contribuir a la conservación de las mariposas es preservando las plantas silvestres, con lo cual propiciamos un hábitat para ellas y otros organismos. Los mariposarios contribuyen a la conservación, al introducir plantas que a las orugas les gusta comer.

• 

  En Parákata conocerás de cerca la vida de estos sorprendentes insectos y la importancia de cuidarlos para mantener el equilibrio ecológico.