Recuerdan a Luis Estrada, padre de la divulgación de la ciencia en México

La divulgación de la ciencia es un elemento de formación cultural que constituye un enorme capital social para los pueblos. La formación cultural integral, debe incluir a la ciencia que aporta a las personas libertad de pensamiento, un elemento esencial en el quehacer de este campo. Luis Estrada al obtener el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia, 2011.

Amigos, familiares, colegas y nuevas generaciones de científicos y divulgadores, recordaron el legado de Luis Estrada, impulsor de la divulgación de la ciencia en México durante el homenaje póstumo en el Teatro Universum del Museo de las Ciencias de la UNAM.

En la memoria de los presentes Luis Estrada perdura como un hombre gracioso, quien siempre soñó con compartir las ideas y el conocimiento, destacables deseos que se hicieron realidad a través de grandes esfuerzos para comunicar el conocimiento científico e integrarlo en la cultura mexicana.

Por dicha labor, fue galardonado con el Premio Kalinga en 1974 convirtiéndose en el primer mexicano acreedor a este importante reconocimiento. En 2011 recibió el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia.

El doctor José Franco, director de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC-UNAM) y Agustín Estrada, uno de los hijos del reconocido divulgador, recordaron el camino profesional que siguió el destacado físico hasta el 12 de abril de 2016, día de su muerte.

Las memorias

Un día de junio de 1932 nació el primogénito de Luis Estrada Acosta y María de los Ángeles Martínez: Luis Estrada Martínez. Calificado como un niño gracioso, Luis transcurre su infancia en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Más adelante, en un ambiente de cambios vertiginosos y con relación a la tecnología, a Estrada le atrae la idea de estudiar Ingeniería. Sin embargo no pasa mucho tiempo cuando reconoce su verdadera pasión: la física.

Ingresa a la carrera de Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM, ambiente que, en palabras de su hijo Agustín, le acomoda por encontrar colaboradores con quien convivir en el ámbito laboral y personal, tanto así que formó parte de una comunidad de investigadores y docentes por cincuenta años.

Hacia 1958 a través de una beca por parte de la Comisión Nacional de Energía Nuclear y la UNAM, cursa sus estudios de posgrado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El experimentar la cultura dentro del ambiente universitario, así como la convivencia con varios colegas, le hicieron cambiar su visión respecto a su vocación.

Al regresar a México, concentró gran parte de sus esfuerzos profesionales en su labor como profesor y además, en entusiasmar a un grupo de jóvenes científicos para impulsar varios proyectos, principalmente la creación de la revista de comunicación de la ciencia Física en 1967, dirigida en especial a profesores , la cual después se convertiría en la revista Naturaleza, abarcando otros temas.

Este proyecto editorial surgió principalmente por la preocupación del doctor Estrada por transmitir el conocimiento científico concentrado en un grupo reducido, a un público más amplio. De esta manera, también impulsó la organización de pláticas con la finalidad de difundir la ciencia física.

Junto con su labor dentro del Departamento de Ciencias en la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM, este tipo de proyectos lo llevaron a la etapa por la que finalmente su trabajo ha sido reconocido: la divulgación de la ciencia.

Una de las ideas que guiaban el trabajo de Estrada era la primacía de la cultura, así como el comunicar la ciencia con calidad, preocupación que lo llevó a priorizar la forma y el contenido de los diversos proyectos que dirigía. Por esta razón, a partir de un afortunado encuentro con el diseñador Vicente Rojo, trabajaron estrechamente en la presentación de los productos impresos.

Sus aportes

A finales de los años setenta, Luis Estrada logró un convenio con la SEP para establecer el Programa Experimental de Divulgación de la Ciencia, antecedente directo de otro gran proyecto en la UNAM  que posteriormente continuó con la fundación en 1980 del Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia de la UNAM del cual fue director hasta 1989 y que finalmente se transformó en lo que hoy es la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC-UNAM).

En esta época, el emprendedor logró sembrar la semilla en muchos colaboradores y las preocupaciones que tenía eran compartidas por otros que por diferentes caminos han seguido con esta labor, misma que llevó consigo hasta el último día de su vida.

Los últimos años de su actividad como investigador y divulgador, los pasó en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM (CCADET) y la DGDC, donde aún continuaba laborando con un pequeño grupo de colegas en los temas que le apasionaban.

Entre las muchas ideas materializadas que dejó Luis Estrada, sus familiares hallaron diversos documentos relativos a la preparación de sus clases de física, los cuales decidieron publicarlos para su consulta y descarga gratuita en el sitio web www.luisestrada.net/, siguiendo el principio y legado de su padre: compartir las ideas, el conocimiento científico y hacerlo parte de la cultura.

Fuente: “Recordando a Luis”. Conversaciones entre ciencia y cultura: Recordando a Luis Estrada Martínez. 14 de noviembre de 2016.