encabezado_seccion
encabezado_seccion

“Los sismos siempre me han despertado una fascinación”: Víctor Manuel Cruz Atienza

“Las sacudidas siempre evocan algo desconcertante, que pasa por los sentidos, no por la razón”. Víctor Manuel Cruz Atienza.

09-09-2015

Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM

“La fascinación que expreso ahora por los terremotos no se debe solo a lo que aprendí en el aula, sino a la impresión tan grande que me causa ese fenómeno cuando ocurren. Nosotros vivimos la experiencia de 1985 aquí en la ciudad de México y fue un momento que marcó el espíritu de todos los mexicanos, entre ellos a mí”, expresó el doctor Víctor Manuel Cruz Atienza.

Actualmente es el jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, institución a la que ha estado ligado desde que decidió estudiar Ingeniería Geofísica, ya que consideraba que era la carrera que más bases físico-matemáticas le permitiría adquirir. El rigor de estas disciplinas –dijo– le empezó a fascinar desde la secundaria.

Han sido muchos años de preparación en las ciencias sismológicas. Primero cursó la maestría en Sismología en el Instituto de Geofísica y posteriormente fue a Francia a estudiar el doctorado en la Universidad de Niza-Sophia Antipolis.

También en este país se quedó a realizar un primer posdoctorado en el Centro Nacional de la Investigación Científica y luego un segundo posdoctorado en la universidad estatal de San Diego, California. Finalmente, en 2008 se incorporó al Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica como investigador asociado y actualmente es quien lo dirige.

“Los sismos siempre me han despertado una fascinación y una curiosidad enormes, mismas que se han ido alimentando a partir de los estudios que he llevado a cabo. Cuando uno empieza a conocer más el fenómeno y éste se presenta nuevamente, la experiencia se traduce en algo diferente, siempre aunada al instinto animal. Porque como animales que somos, las sacudidas siempre evocan algo desconocido, desconcertante, algo a lo que no nos acostumbraremos nunca y que pasa por los sentidos, no por la razón”, expresó.

A 30 años del gran sismo

El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue un parteaguas para la sismología mexicana. Además de la creación eventual del Sistema Nacional de Protección Civil, en la actualidad hay una comprensión mucho más profunda y completa de la sismicidad en el país, dijo Víctor Manuel Cruz Atienza.

Un sismo se produce cuando las placas tectónicas que integran la litósfera terrestre se mueven ocasionando que haya fricción, justo en donde éstas hacen contacto. Esto, además de generar grandes tensiones, impide que puedan desplazarse unas con respecto a otras.

Si esta fricción es rebasada por las tensiones hay una ruptura y la energía acumulada, se libera súbitamente generando ondas sísmicas que se propagan en el interior del planeta.

La energía liberada viaja entonces hasta la superficie de la Tierra, que es cuando la sentimos. En todo ese trayecto de propagación, las ondas sufren transformaciones por la naturaleza del medio a través del cual se propagan, explicó el sismólogo.

En la ciudad de México, cuyo suelo tiene propiedades muy particulares, el movimiento sísmico se amplifica más que en cualquier otro sitio a la misma distancia epicentral, lo cual se debe a un efecto local asociado precisamente a la naturaleza de los suelos lacustres de la capital.

Señaló que después del sismo de 1985, se logró microzonificar nuestra comprensión de la respuesta sísmica del Valle de México. Todo esto fue posible gracias al esfuerzo de instrumentación que hubo posterior al evento sísmico, con el que se instalaron aparatos de medición en toda la capital del país para monitorizar este fenómeno.

A partir de los millares de sismos que se han registrado después de 1985, los sismólogos mexicanos han sabido caracterizar aspectos fundamentales de la respuesta sísmica del territorio nacional y en la actualidad saben en qué zonas específicas de la ciudad de México el peligro sísmico es más grande que en otras.

“Las variaciones o cambios en la peligrosidad de la Cuenca de México ocurren muy rápidamente. Debido a la compleja estructura del subsuelo en la ciudad, en distancias pequeñas, la peligrosidad puede cambiar más de un orden de magnitud”, puntualizó.

Aumentar la cultura de la prevención

En la actualidad, la prevención en materia de sismos es una realidad y una necesidad en México, ya que ésta supone conocer el fenómeno y la forma como podemos reducir nuestra vulnerabilidad ante él.

El peligro que representan los terremotos siempre estará presente. Así, la aportación de los investigadores es importante para caracterizar el fenómeno lo mejor posible. Las autoridades deben explotar esa información para que, junto con estudios de vulnerabilidad de los asentamientos humanos, se pueda evaluar mejor el riesgo sísmico y prevenir grandes catástrofes.

Es a través de la prevención que se podrán tomar las medidas necesarias para minimizar nuestra vulnerabilidad ante los sismos y, por lo tanto, el riesgo que corremos. Gracias a ella podremos actuar de una manera eficaz cuando ocurra un terremoto, dirigirnos a zonas de seguridad y tomar las medidas adecuadas de protección civil.

“La prevención conlleva resultados muy benéficos para la sociedad. Por ejemplo, nos permite diseñar estructuras resistentes al peligro previamente cuantificado por sismólogos en el lugar donde se quiera hacer una edificación. Por ende, la prevención hará que el riesgo que corremos frente a la amenaza de los sismos sea mucho menor”, afirmó.

Imposible predecirlos

En cuanto a la predicción sísmica dijo que hasta este momento ha sido inalcanzable. Aunque gracias al registro histórico que se tiene de los mismos se puede saber con precisión dónde ocurrirán grandes terremotos. Sin embargo, no se puede decir cuándo van a ocurrir.

“Hay diversos campos de investigación cuya finalidad es lograr la predicción sísmica. Mucho de lo que se hace hoy en la frontera de la ciencia sismológica tiende a esbozar la posibilidad de una predicción en tiempo, certera y robusta, aunque aún incierta. Ni siquiera en los países mejor instrumentados como Japón o el oeste de la costa estadounidense, donde hay miles de aparatos monitorizando la actividad permanentemente, se han podido identificar fenómenos precursores sistemáticamente antes de una ruptura importante”.

Publicaciones relacionadas

¿Buscas información de sismos?

Víctor Manuel Mendoza Núñez, impulsor de la Gerontología comunitaria en México

No existe tecnología para acceder al lugar donde se generan los sismos: Cinna Lomnitz


Explora la ciencia en la UNAM en tu formato preferido

Enrédate         Síguenos en nuestras redes sociales

 

Gacetas UNAM

 

Misión espacial

 

Covid-19

 

Navega por la Ciencia en la UNAM


Ciencia Joven

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC)
Hecho en México. Todos los derechos reservados 2024. La información aquí publicada tiene como fuente principal a investigadores de la UNAM y es responsabilidad de quien la emite; no necesariamente refleja el punto de vista de esta institución. Los contenidos pueden ser reproducidos con fines no lucrativos, siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, requiere permiso previo por escrito de la institución. Créditos

Apoyado por Proyecto PAPIME PE306815

Sitio web administrado por:
Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM

Desarrollado por Smart Systems

/DGDCUNAM