15-04-2016
Por Isabel Pérez S., DGDC-UNAM
En días pasados, la ciudad de México pasó por problemas de contaminación atmosférica que llegaron a poner a la capital en fase uno de contingencia ambiental. Las autoridades informaron que el origen fue alto índice de contaminantes, principalmente ozono, que se registró en varios puntos de la ciudad.
Las emisiones de vehículos figuran entre los factores asociados a las concentraciones de ozono la capital del país.
En opinión de Rogelio González Oropeza, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, es sumamente importante modificar la norma para medir la masa de contaminantes que despiden los vehículos, en lugar de medir solo la concentración volumétrica de los gases para determinar cuáles contaminan más.
Explicó que actualmente, por ejemplo, se mide la concentración en volumen de los contaminantes de un motor grande y puede tener la misma concentración que un motor pequeño.
La diferencia es que el grande arroja una cantidad de tóxicos mayor que el pequeño, y aunque los dos aparentemente contaminan igual, si se midiera la masa de contaminantes que expulsa cada uno, se observaría que el motor grande arroja más de cuatro veces lo que el motor pequeño, y en consecuencia, contamina más.
De ahí, se podría determinar cuántos días debe circular cada vehículo de acuerdo a la cantidad de masa que emita, pues aunque los niveles en ambos casos estén correctos, un vehículo con motor grande no debería circular todos los días porque la cantidad de contaminantes que arroja es mayor que la del coche pequeño.
Sin embargo, si se miden las emisiones de un autobús que transporta pasajeros, aun cuando sean considerables, se le debe dejar circular diariamente tomando en cuenta la cantidad de personas que traslada.
El responsable del Laboratorio de Control de Emisiones señaló que muchos verificentros, además de realizar prácticas deshonestas, no cumplen con los requisitos adecuados: tienen patios de maniobras insuficientes, largas filas y al final miden en un motor frío; no se hacen citas para aligerar la espera, y el usuario no se entera si el analizador está calibrado, entre otros factores.
Aquí habría que preguntarse ¿qué se está haciendo para ayudar a mejorar la calidad del aire?
Según González Oropeza, se debe privilegiar, en primera instancia, al transporte público, pero un transporte adecuado, bien vigilado en todos los aspectos y accesible a todo público.
Para poder generar algunas estrategias que contribuyan al control de la contaminación del aire, el académico indicó que se necesita saber con claridad qué elementos la originan, con qué intensidad y cómo se puede contrarrestar.
Para eso es necesario tener datos que permitan realizar diversos análisis, como medir emisiones y consumo de combustible, y caracterizar los tipos de motores existentes, además de trabajar en la química atmosférica. Con estos elementos se podrían establecer estrategias importantes.
En conjunto con otros investigadores, Rogelio González ha desarrollado ciclos de manejo característicos del Valle de México para autobuses, vehículos ligeros y motocicletas, con los cuales se pueden medir emisiones en un laboratorio y caracterizar las flotas vehiculares en la Zona Metropolitana del valle de México.
Y así, con datos confiables, obtener un inventario de emisiones para establecer estrategias que contribuyan al control y disminución de la contaminación atmosférica generada por fuentes móviles.
De acuerdo con el especialista, los camiones de transporte público, en su mayoría, contaminan en exceso; incluso el metrobús que se supone, está fabricado con el objetivo de contaminar menos.
Una opción que sería de gran ayuda para mejorar notablemente el aire que respiramos, es la utilización de autos híbridos, pues emiten una tercera parte de contaminantes que un coche normal nuevo, puesto que consume menos combustible. El inconveniente, es que son muy costosos, casi una y media veces o más que uno convencional.
Otra opción es el consumo de gas en los vehículos, mismo que sería inyectado directamente a los cilindros del motor, pues si se emplea carburador, el resultado sería catastrófico para el ambiente.
Respecto a los autos eléctricos, dijo que no son la mejor opción por ahora, ya que la tecnología en este momento en México no es la adecuada, y se necesitaría una logística muy compleja para recargar el auto, sobre todo en grandes distancias; además de que la demanda de energía sería mucha, y no estamos preparados para abastecer esas cantidades, finalizó.
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