Elección de pareja y conflictos de interés también entre las plantas: César Domínguez

Para ser un científico, y en especial, un biólogo, hay que tener vocación por el descubrimiento y disfrutar el contacto con la naturaleza. Esa es la premisa de  César Augusto Domínguez Pérez-Tejada, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM desde 1992, y director del mismo desde 2008.

Con casi treinta años de labor científica, se define como un hombre afortunado por las experiencias que ha vivido durante su quehacer profesional. “Es muy enriquecedor y satisfactorio dedicarse a la investigación científica y entender cada vez más el planeta en el que vivimos”.

Egresó del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel  Sur para luego integrarse a la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde estudió la carrera de biología. Más tarde, realizó el doctorado en Ecología en esta casa de estudios y posteriormente, un posdoctorado en la estación biológica de Doñana en Sevilla, España.

Tiempo después, realizó una estancia sabática de un año en la Universidad de California-Irvine. A decir del especialista en ecología evolutiva, el camino recorrido ha sido largo.

Cuando comenzó la carrera de biólogo estudió los mecanismos, procesos y evolución de las interacciones bióticas; en este campo se especializó en todo lo relacionado con la reproducción de las plantas. Ahí descubrió que muchos fenómenos que parecen exclusivos de los animales ocurren también en las plantas, como la elección de pareja y los conflictos de interés.

Asombro por la naturaleza

La ciencia siempre tiene reservada una sorpresa para quienes “vivimos” con ella, pues a diario representa una aventura intelectual, expresó César Domínguez. Gracias a los avances de la biología hoy es posible comprender por qué muchos de los interesantes e intrincados fenómenos que caracterizan a la naturaleza, se atribuyeron al poder creativo de una entidad divina.

Por ejemplo, en una investigación realizada en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, al sur de la ciudad de México, descubrió que las respuestas reproductivas de plantas están influenciadas por el comportamiento de las plantas vecinas, lo que revela que sucede lo mismo que en las sociedades de animales.

Confiesa que le hubiera gustado vivir en el siglo antepasado y ser explorador y naturalista. “La biología me ha acercado a eso; me ha permitido entender la naturaleza, apreciar el poder de la evolución de lugares silvestres y apartados tanto de México como del mundo; no habría sido posible conocer tantas maravillas naturales si me hubiera dedicado a otra profesión”.

Recordó que las investigaciones de campo lo han llevado a tener una gran cantidad experiencias que van desde difíciles encuentros con ciervos y serpientes venenosas, hasta vivencias muy gratas como observar por primera vez, a un oso en su entorno natural.

Su trayectoria

Durante once años, el investigador de interacciones planta-animal, coordinó el curso de campo en el posgrado de la estación del Instituto de Biología de la UNAM en Chamela.

Para él, la docencia, además de ser una satisfacción, es la mejor manera de mantenerse actualizado, pues se está en constante contacto con los jóvenes y con el estudio.

Domínguez Pérez-Tejada se ha dedicado también a estudiar la biología de la polinización, teoría de conflictos y evolución vegetal, y evolución de las proporciones sexuales.

Como resultado de sus investigaciones ha publicado cerca de 60 artículos científicos, una decena de capítulos de libros arbitrados y artículos de difusión científica. Sus publicaciones cuentan con más de mil 100 citas en la literatura científica.

Ha impartido clases y dirigido tesis en las licenciaturas de la Facultad de Ciencias de la UNAM, la FES Iztacala, la Universidad Autónoma del Estado de México y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; así como en los posgrados de Ecología, Ciencias Biomédicas y Ciencias Biológicas de la UNAM.

Es director de la Reserva de la Biósfera Chamela- Cuitxmala desde 2009 y miembro del Comité de Ecología y Medio Ambiente de la Fundación Miguel Alemán.