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Repensar lo rural desde la antropología: Hernán Salas Quintanal

Reconocimiento a su investigación sobre el Río Nazas. Foto: Bárbara Castrejón Gómez.

06-03-2013

Por Miriam Maltos, DGDC-UNAM



De un hogar amoroso, alegre y muy unido es de donde proviene Hernán Javier Salas Quintanal, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Originario de Chile y con el título de licenciado en Antropología Social por la Universidad de Chile, Salas Quintanal llegó a México en 1994, para realizar sus estudios de maestría en la de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y los de doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Sus investigaciones han tenido como objeto central el estudio de problemas sociales actuales como la globalización social, económica y cultural, la identidad y la cultura regional y las transformaciones rurales, socioeconómicas y culturales en varias regiones de México.

Lo rural es parte fundamental de los estudios antropológicos del doctor en antropología social, quien ha buscado darle un nuevo sentido integrando los cambios sociales, económicos y culturales de los habitantes de varias zonas del norte del país.

Recientemente su trabajo El Río Nazas, historia de un patrimonio lagunero, libro que fue publicado por la UNAM, fue condecorado como la Mejor Investigación del 2012 en el área de Etnología y Antropología Social.

La mejor opción: la antropología

“Yo tenía pensado estudiar historia, pero a punto de entrar a la universidad, conocí casualmente a un amigo que estudiaba antropología, a quien le pregunté la diferencia entre la antropología y la historia; entonces él me preguntó: ¿por qué quieres estudiar historia?”

El académico universitario recuerda que luego de exponer sus deseos e inquietudes, aquel amigo concluyó que la mejor opción para él sería la antropología. “Fue así como estuve alrededor de un año leyendo e investigando diversas cosas relacionadas con la antropología y efectivamente, me encantó”.

La época universitaria significó para él un punto de referencia y un impacto en su vida personal y profesional, debido a las condiciones históricas en las que se encontraba su país de origen en ese entonces: la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Esta situación incentivó su formación como antropólogo y un profundo análisis de diversas cuestiones sociales, mismo que aún sigue presente en sus investigaciones.

Más cerca de México

Las investigaciones que el antropólogo ha realizado, establecen siempre un contacto directo con las comunidades, pues su pasión es el trabajo con la gente.

Al elegir su primer tema de investigación, optó por el análisis de la variedad de factores económicos que inciden en la migración del campo a la ciudad en las comunidades Aymaras, un grupo indígena residente en zonas de Chile, Bolivia y Perú.

Al término de este proyecto, inició un estudio sobre el uso del agua en zonas semiáridas de Chile, seguido de un trabajo con jornaleros agrícolas en el centro de ese país. Fue durante el trayecto de esta investigación que el antropólogo decidió viajar a México a realizar su maestría en Ciencias Sociales.

“A los dos años de terminar la maestría decidí conocer México de a deveras; me propuse entonces realizar un proyecto de investigación que me permitiera recorrer el país”.

Luego de realizar sus estudios de doctorado en Antropología Social en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, consolidó su primer acercamiento al norte de México, especialmente Coahuila, en donde realizó el estudio Antropología y relaciones global-local en el desarrollo de la actividad lechera en la laguna: prácticas, actores e identidades.

Esta aventura académica le permitió explorar ejidos colectivos, ranchos, establos y ganaderías, estableciendo relaciones de trabajo con los grandes empresarios ganaderos, situación poco común dentro de la antropología.

“Yo creo que la antropología es la mejor ciencia para trabajar a las poblaciones rurales; estas se han estudiado desde la sociología o la economía, pero dentro de la antropología, la particularidad es que uno tiene que conversar con la gente, saber cómo se sienten, por qué están ahí”.

Repensar lo rural

El tema de lo rural ha cobrado una importancia vital en el desarrollo de los estudios del doctor Hernán Salas, quién ha propuesto un replanteamiento de dicho concepto.

“Lo rural siempre se pensó vinculado a lo agrícola, al trabajo de la tierra, pero hoy en día nos encontramos que en lo rural hay mucha gente que trabaja en la ciudad pero duerme en el campo”.

En muchos poblados rurales de México, la gente ha transformado sus actividades cotidianas y laborales, diversificando así sus ingresos para poder sobrevivir, pues la agricultura ya no es suficiente.

“Creo que es necesario repensar el concepto de lo rural, porque la idea de que la gente viva en un poblado pequeño trabajando la tierra ya es algo muy idílico e incluso inexistente. Las familias rurales trabajan en 4 o 5 lugares, en servicio, en comercio, en la industria, porque con el ingreso que deja la agricultura no se puede vivir.”

Historia de un patrimonio lagunero

El trabajo realizado en el norte del país dejó un impacto directo en el investigador, que lo inspiró a realizar la investigación Identidad y cultura regional. Antropología social de la Comarca Lagunera, Durango y Coahuila, México, en el cual profundizó en el tema de la identidad cultural y social de esa población.

Las bases de este estudio dieron pie a uno nuevo: El Río Nazas, historia de un patrimonio lagunero, en el que abordó los problemas de contaminación del río, la falta del recurso agua en esa región, la concentración del líquido en sectores específicos y el significado histórico que el Nazas tiene para la población de aquella zona.

“Cuando decidí estudiar el Río Nazas, comencé recorriendo los poblados que se encuentran alrededor, por donde pasaba el agua o por donde pasa una vez al año cuando se inunda; empiezo entonces a ver el tema de las presas, la agricultura, la ganadería, las regiones ecológicas, entonces me doy cuenta que el río no se puede estudiar desde un pedacito sino que hay que estudiarlo en toda su complejidad”.

El investigador universitario decidió estudiar el Río Nazas, no solo desde un espacio limitado, sino desde el sitio donde inicia su cauce, que es en la Sierra Madre Oriental, hasta donde termina, en la región lagunera.

“El río es una cuenca cerrada que no desemboca en el mar, sino que se queda en las lagunas que se encuentran en la zona, mismas que hoy en día están secas. El agua entonces se encuentra solamente en diversas presas”.

A raíz de la escasez de agua, la población comenzó a extraer líquido para solventar sus necesidades, situación que genera un enorme problema pues el recurso se encuentra contaminado.

“El 50% de las tierras se riegan con agua subterránea, extraídas de grandes profundidades, lo que conlleva que vengan contaminadas pues son aguas fósiles, aguas que contienen arsénico; no solamente es agua de riego sino también es líquido que consume la población, lo cual es muy grave”.

A la par de esta problemática, existe la concentración del recurso en manos de grandes empresarios agrícolas que han logrado un enriquecimiento debido a esta situación, empobreciendo así al sector ejidatario y obligándolo a abandonar sus tierras y migrar.

Como testigo de estas realidades, el doctor Salas considera necesario que la gente entienda que se cuenta con agua para sobrevivir, pero es de suma importancia cuidarla, administrarla, distribuirla y fijar prioridades para que haya un equilibrio social.

Responsabilidad social

En 2012, su trabajo El Río Nazas, historia de un patrimonio lagunero, fue reconocido como la Mejor Investigación del Año en el área de Etnología y Antropología Social, por lo cual recibió el Premio Fray Bernardino de Sahagún por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Para él, dicho premio significa una satisfacción personal, ya que es el reconocimiento de un trabajo de muchos años, en el cual invirtió ideas y horas de investigación. Asimismo le representa una responsabilidad social, pues hoy en día es necesario dar a conocer lo que ocurre en la región lagunera: conflictos sociales, pobreza, problemas ambientales y concentración de recursos.

“El hecho de que se premie un trabajo sobre esa región sirve para llamar la atención, a lo mejor de las autoridades, para recordarles que ese sitio no se puede dejar morir”.


  

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