El aire de cada día, un libro que reflexiona sobre lo que respiramos y cómo nos afecta

Todos los días cuando salimos de nuestras casas rumbo a la tienda, la escuela, el trabajo o cualquier lugar tenemos contacto con el aire. Pero poco sabemos de las partículas nocivas que llegan a nuestro organismo mientras respiramos.

El libro El aire de cada día. Políticas y medición de la contaminación atmosférica en la Ciudad de México (1960-2015) recopila la investigación de la doctora en filosofía de la ciencia, Natalia Verónica Soto Coloballes. Un texto que invita a reflexionar sobre cómo se ha construido el estudio del aire en el centro del país y sus implicaciones sociales.

‘’Siempre es muy importante que conozcamos qué es lo que sucede y cómo se realizan los procesos para que nosotros tengamos información. Al final del día cada uno de los laboratorios o talleres que existen producen datos, conocimiento acerca de un fenómeno que a todos nos afecta: la contaminación. Y es algo que nos debe importar a cada uno porque este problema hace que muramos más pronto, que nos enfermemos y esto tiene consecuencias en la salud para todos’’.

• En 2013 la International Agency for Research On Cancer anunció que la polución atmosférica era cancerígena para los humanos, volviendo a algunas personas más propensas a desarrollar cáncer de pulmón derivado de la genotoxicidad y las partículas que flotan en el aire.

Instrumentos para medir el aire

Esta investigación aporta un estudio etnográfico del Laboratorio de Monitoreo de la Secretaría de Medio Ambiente del antes Distrito Federal, en donde la autora se adentra a conocer a los técnicos en su espacio de trabajo, así como sus actividades y los procedimientos que se llevan cabo por medio del sistema de monitoreo y su cultura.

La principal labor de este organismo es la de investigar y desarrollar nuevas metodologías analíticas para el estudio del agua, suelos y aire, y sus impactos en el ambiente. La filósofa de la ciencia añade que este se encuentra divido en dos secciones: el laboratorio de química analítica y el taller de reparación y mantenimiento de instrumentos para cuantificar el material particulado del aire.

‘’En este lugar hay instrumentos que vienen desde otros países, lo que significa que responden a las necesidades de esos lugares en donde fueron fabricados y no a lo que Ciudad de México necesita como tal. Este hecho hace que la contaminación y los instrumentos se comporten de una manera diferente.”

Sociedad y contaminación del aire

Soto Coloballes recuerda que la necesidad gubernamental de conocer la contaminación atmosférica nació en la Ciudad de México en la década de los 70 como un problema de salud, debido a que las personas referían a los médicos dolores de garganta y ardor en los ojos. Los trabajadores de la salud de entonces atribuían estos malestares a las tolvaneras.

• Las tolvaneras son remolinos de polvo que principalmente se originan en las extensas hectáreas de tierra suelta y sin vegetación. Durante la década de los 70’s, cuando el Lago de Texcoco sufría una fuerte sequía, intensos vientos arrastraban estas partículas por la Ciudad de México, ensuciándola y oscureciéndola.

Pero el problema de contaminación del aire no sólo respondía a este fenómeno sino también a los gases y partículas producidas por las industrias y los automóviles; sin embargo, solía ser ocultado. Los líderes de aquella época hablaban de logros y éxitos respecto a cómo había mejorado la ciudad y de la creación de centros para estudiar las tolvaneras.

‘’La medición de la contaminación del aire es un asunto político, no sólo se trata de ciencia”, afirma la autora.

Unir las ciencias sociales con la ciencia

Esta obra escrita fue editada por la Coordinación de Humanidades, así como por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, debido a sus aportaciones no sólo en el ámbito científico sino también por su mirada social y su recuento histórico de la evolución del centro del país.

El aire de cada día consta de cuatro capítulos que buscan abarcar la memoria del antes Distrito Federal y el nacimiento de la cuantificación de la calidad del aire, así como el trabajo y las instituciones a lo largo del tiempo se han visto involucradas en este campo.

‘’Este trabajo tiene muchos niveles, por un lado hablo de ciencia, pero por otro lado recopilé algunos poemas, pinturas, fotos de artistas que vivieron en otra época. Todo esto está relacionado con la ciudad y como ellos la veían, lo que dijeron, entonces este trabajo nos hace pensar en la historia de la ciudad. Además, también está la parte teórica y epistémica sobre lo qué es sucio, limpio, lo que consideramos como ciencia, tecnología.”

Es una lectura recomendada a un público muy diverso, los amantes de la ciudad, los especialistas en el tema, los filósofos de la ciencia, los urbanistas, los historiadores, los comunicólogos, entre otros.

Además, invita a reflexionar cuáles son las afectaciones que este problema puede generar a largo plazo y sobre las acciones que como sociedad es posible realizar para que los tomadores de decisiones impulsen políticas y trabajos contundentes que realmente aumenten la calidad del aire que respiramos.

Aquí puedes encontrar el libro El aire de cada día. Políticas y medición de la contaminación atmosférica en la Ciudad de México (1960-2015).

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*Becaria en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia