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Coronavirus. Se acerca la influenza invernal

Los sistemas de salud enfrentan otro desafío en tiempos de COVID-19: la influenza estacional.

05-10-2020

Por Verónica Guerrero Mothelet, Ciencia UNAM-DGDC

Con más de 30 millones de personas infectadas y más de un millón de pérdidas humanas por la COVID-19 en el mundo a finales de septiembre, el hemisferio norte debe prepararse para enfrentar otra causa importante de infecciones respiratorias agudas: la influenza estacional.

El arribo de la influenza invernal implica desafíos para el sistema de salud y la necesidad de reforzar las medidas sanitarias para minimizar el riesgo de que se combinen ambos padecimientos.

Durante la pasada temporada de gripe, que abarcó de septiembre de 2019 al comienzo de mayo de 2020, fueron identificados 122,480 casos de enfermedades tipo influenza e infecciones respiratorias agudas graves, de los cuales 6,344 se confirmaron como influenza.

Hacia el final de esa temporada se habían registrado 369 defunciones por influenza, con predominio de los subtipos virales A(H1N1), A(H3N2), influenza B e influenza A.

Lamentablemente, 94% de esos fallecimientos estuvo asociado a la falta de vacunación y, como muchas muertes por COVID-19, a la presencia de comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes y obesidad, entre otras.

En el mismo periodo, se contabilizaron 14,564,633 casos de infección respiratoria aguda, (resfriados, catarros, faringitis, laringitis, rinitis, etc.), que no son necesariamente graves, pero sí posibles fuentes de contagio.

Variedades o cepas más comunes en la temporada de influenza 2019-2020
                                Casos     Muertes
A(H1N1) pdm09… 2,944       281
Influenza B….        1,916         30
A(H3N2) ……        1,216         36
Influenza A
(no subtipificable)…  268        22
Fuente: Dirección General de Epidemiología (Secretaría de Salud)

Influenza vs COVID-19

Frente a ese escenario surge una pregunta: ¿cómo influirá la inminente reaparición de la influenza en la actual epidemia de COVID-19?

Para responderla, debemos saber si es posible que ambos patógenos (el SARS-CoV-2 y los virus de influenza) coexistan o coinfecten simultáneamente a una persona y, en ese caso, cómo afectarían su pronóstico.

El doctor Malaquías López Cervantes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, UNAM, nos explica que cuando se descubrió el virus de la COVID-19, en China aún era temporada de influenza invernal. “A algunos pacientes les hicieron pruebas múltiples y salieron positivos tanto a influenza como a COVID-19”.

Sin embargo, “se desconoce si esta situación agravó el estado o el pronóstico de los pacientes, porque fueron muy pocos y su evolución aparentemente fue igual a la de quienes solamente tenían COVID-19”.


Puesto que muchos de los síntomas de gripe o influenza se parecen a los de COVID-19 (aunque son causadas por diferentes virus), cuando aparece alguno de ellos es recomendable buscar atención médica, pues la única forma de distinguir entre ambos padecimientos es con una prueba de laboratorio. (Fuente: CDC, John Hopkins-E.U.)

Tampoco se ha reunido información suficiente para saber con certeza si contraer uno de los virus hace a las personas más susceptibles de contraer el otro. De hecho, el académico tiene una hipótesis que, aunque no se ha puesto a prueba, si llegara a verificarse, sería alentadora…

“Esto es totalmente hipotético: sabemos que cuando se presenta una enfermedad viral, se libera una serie de moléculas de respuesta a esa infección. Y esas moléculas a veces previenen o modifican el curso de una segunda infección viral que pudiera presentarse al mismo tiempo”.

A partir de lo anterior, “supongamos posible que una persona se infectara primero por influenza y que se despertara esa respuesta específica a la infección viral. Al llegar el segundo virus (el SARS-CoV-2) la infección ya no sería igual que si el coronavirus hubiera llegado primero”. En ese caso, podría haber cierto efecto “protector”.

Si bien esta suposición aún debe confirmarse, algo similar pudo suceder en el hemisferio sur.

¿Desapareció la influenza en el hemisferio sur?

Un artículo publicado por la revista Science reportó que los países del hemisferio sur, donde el invierno terminó el 21 de septiembre, concluyendo su temporada de gripe estacional, registraron un mínimo récord en la cantidad documentada de pacientes con influenza.

Por ejemplo, Argentina, que registró 4,623 casos de influenza estacional en 2019, sólo contabilizó 53 casos durante la temporada de 2020. Igualmente, Chile observó una reducción de los 5,007 casos de influenza en 2019 a apenas 12 en 2020. Situaciones parecidas se observaron en Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

El doctor López Cervantes señala que un argumento general utilizado para explicar esa reducción es que hay “competencia”; es decir, “que ambos gérmenes tratan de ganar la ‘carrera’ para infectar a alguien y el segundo no lo logra”.

Pero otro factor que se piensa pudo contener la influenza en el hemisferio sur fue el cumplimiento de las medidas de higiene y protección que se tienen dispuestas en todos los países, incluido México, para evitar el contagio de COVID-19.

“Utilizar cubrebocas seguramente podría producir una protección importante”. Lo mismo la higiene de manos, la distancia entre las personas… “Todo eso tendrá beneficios para prevenir también la posible infección por influenza”, indica.

En conjunto, los resultados sugieren que la influenza tuvo menor importancia epidemiológica durante la temporada fría en el hemisferio sur. Pero López Cervantes advierte que “no sabemos si lo mismo sucederá en el hemisferio norte en la próxima temporada”.

Recomienda, “de manera precautoria”, pensar que una infección simultánea de dos o tres virus podría ser peor que de uno solo. Por eso, “vale la pena protegernos también contra la influenza”.

Desde el 1 de octubre comenzó en México la distribución de 32 millones de dosis de la vacuna contra la influenza. “Tendría que promoverse intensamente la vacunación entre los grupos de riesgo, particularmente la gente de mayor edad, las mujeres embarazadas, quienes tienen enfermedades crónicas y los niños pequeños”, afirma.

Explica que el problema en nuestro país es que las personas sólo acuden a vacunarse cuando comienzan a aparecer los casos de influenza. Pero entonces la solicita todo el mundo y la vacuna deja de distribuirse con criterios de riesgo. “Eso no es lo adecuado”.

Es necesario “que se inicie una campaña informativa dirigida a las personas de mayor riesgo”, para que se pongan la vacuna en cuanto esté disponible.

“Mucha gente le teme a la vacuna de la influenza, pero es mucho mejor tener un poco de calentura, un catarrito, que tener la influenza real. La gente debe entender que vale la pena ponerse la vacuna”, agrega el también integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia por el Coronavirus de la UNAM.




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