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Sergio Sánchez Esquivel: biotecnología aplicada a la generación de productos farmacéuticos

Impulsor del Laboratorio de Microbiología Industrial en el Instituto de Investigaciones Biomédicas.

19-06-2020

Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC

Hace 40 años el doctor Sergio Sánchez Esquivel estableció los primeros cimientos del Laboratorio de Microbiología Industrial en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la UNAM. El primer acercamiento que tuvo con dicha institución fue al finalizar la carrera de Medicina, cuando realizó su tesis de licenciatura, y a partir de ese momento su camino profesional se dirigió hacia la investigación.

Narra que mientras era estudiante de Medicina en la UNAM conoció al doctor Luis Felipe Bojalil, quien fue jefe del Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Medicina y años después rector de la UAM-Xochimilco. Él lo invitó, junto con otros estudiantes, a trabajar en su laboratorio. También conoció en ese momento a la doctora Rebeca Tarrab, su primera asesora en el Instituto Nacional de la Nutrición, al doctor Jaime Mora, a la postre su tutor académico y al doctor Guillermo Soberón, quienes le motivaron a continuar en el área de la investigación científica.

Una vez concluidos sus estudios de licenciatura cursó un posgrado en Ciencias Químicas en la Facultad de Química de la UNAM; recuerda que en ese momento se enfrentó como médico a disciplinas como las matemáticas o la propia química que no era común cursarlas en la Facultad de Medicina.

Después de terminar el doctorado realizó dos estancias posdoctorales en Estados Unidos; la primera en el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos bajo la tutela del doctor Karl S. Smiley, en donde profundizó en el estudio de elementos que se pueden extraer de los microbios para ser aplicados en la industria de alimentos. Y la segunda, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en donde trabajó aspectos relacionados con la producción de antibióticos y antitumorales. Durante su estancia en el MIT, fue alumno del profesor Arnold L. Demain, un reconocido microbiólogo industrial estadounidense y amigo entrañable del doctor Sánchez Esquivel. También realizó estancias de investigación en la Universidad de Tel-Aviv, en Israel y en la Universidad de Salamanca, en España.

Abriendo camino en la biotecnología

Fue justo después de terminar su estancia en el MIT que se incorporó al IIB y fundó el Laboratorio de Microbiología Industrial. Las primeras dos estudiantes que estuvieron con él en el Laboratorio de Microbiología Industrial fueron las doctoras María Elena Flores y Amelia Farrés, hoy investigadoras reconocidas de la UNAM, la primera en el IIB y la segunda de la Facultad de Química.

El doctor Sánchez Esquivel pertenece hoy al departamento de Biología Molecular y Biotecnología del IIB, que hace cuatro décadas, como departamento de Biotecnología fue fundado por él y por los doctores Carlos Huitrón Vargas y Jorge Limón Lason. Los tres, además, propusieron la creación del primer posgrado en biotecnología de la UNAM, el cual inició formalmente sus actividades en 1984.

Asimismo, junto con dichos investigadores, participó en la creación en 1982, de la primera Sociedad de Biotecnología y Bioingeniería en nuestro país, de la cual fue su primer presidente. En la actualidad esta sociedad tiene mas de 1600 miembros activos y cada dos años convoca a la comunidad científica a concursar por el premio denominado “Sergio Sánchez Esquivel”, para reconocer a los mejores proyectos de investigación en los niveles de Licenciatura, Maestría y Doctorado.

“La experiencia en investigación ha sido realmente interesante y motivante, creo que ha sido un privilegio trabajar para Biomédicas en la UNAM, porque a través de este trabajo he podido desarrollarme en el estudio de los microorganismos para la generación potencial de productos farmacéuticos, como antimicrobianos, antitumorales, hipocolesterolémicos e inmunodepresores”, comenta el doctor Sánchez Esquivel quien cuenta con varios desarrollos tecnológicos y patentes en el área.


 Trabajo académico y editorial

Por el Laboratorio de Microbiología Industrial han pasado estudiantes de distintos países del mundo como son la India, Alemania, Nepal, Rumania y Colombia, entre otros. En lo que concierne a la generación de recursos humanos, a la fecha 15 doctores, 40 maestros y 29 estudiantes de licenciatura se han formado de la mano del doctor Sánchez Esquivel.

“Veo con gran placer que hasta este momento algunos egresados de mi grupo de trabajo tienen sus propios grupos de investigación o se encuentran involucrados en actividades docentes, o bien cuando se han dedicado a aspectos más de política de salud o de administración de la ciencia se encuentran en puestos clave dentro del gobierno; otros más están en alguna rama de la industria biotecnológica del país y del extranjero. Otros se han ido fuera de México y ya no han regresado. Estas, son algunas de las gratas experiencias que uno tiene con este trabajo”, señala el investigador.

Muchas son las satisfacciones del doctor Sánchez Esquivel en materia de investigación, campo en donde ha generado casi 200 publicaciones nacionales e internacionales. Además, comparte la experiencia que vivió cuando escribió el libro Antibiotics: current innovations and future trends, en donde compartió créditos con su profesor del MIT y que contó con la participación del doctor Satoshi Õmura, quien hace 5 años recibió el premio Nobel de Fisiología o Medicina.

De la misma manera, una de las labores que realiza en este momento y que le causan gran gusto es pertenecer al comité editorial de la revista alemana Applied Microbiology and Biotechnology como editor internacional, siendo el único de América Latina que es parte de este equipo de trabajo en ese nivel. También, desde hace un año es editor Asociado de la revista Current Opinion in Pharmacology, en el área de anti-infectivos.

De la Medicina a la investigación científica

Han sido casi cinco décadas dedicadas a la investigación y a la academia, y también cinco décadas que el doctor Sánchez Esquivel cumplió de matrimonio, destaca que ha formado una familia que lo ha apoyado siempre y la cual está integrada por su esposa y cuatro hijos varones, con sus respectivas familias.

Cuando reflexiona sobre cómo habría sido su vida si se hubiera dedicado completamente al mundo de la medicina dice: “qué papel habría jugado como Médico, no lo sé, pero sin duda habría puesto mi mejor esfuerzo”.

Comenta que estudió Medicina porque ya desde pequeño quería ser médico; cuenta que desde que tenía 10 años se inscribió en un club que se llamaba Cruz Roja de la Juventud a donde iba a que le enseñaran primeros auxilios; ya en la etapa de la adolescencia andaba en ambulancias de la Cruz Roja Mexicana, prestando auxilio.

“Entré a la Facultad de Medicina y durante los cinco años de carrera recibí una formación integral, fue una experiencia sensacional que incidió definitivamente en mi carácter profesional”, dice. Pero en ese momento la vida le tenía deparado otro destino, el de la investigación biomédica y biotecnológica en uno de los mejores Institutos de Investigación que cultivan esas disciplinas en la UNAM: el Instituto de Investigaciones Biomédicas.


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